Facundo Jones Huala

Es la primera vez que no vamos a publicar material original. Pero creemos que el tema amerita hacerlo. Lo que sigue es una publicación de “Revista Cítrica”, con fotos de Luan Colectivo Fotográfico, de su edición del 27 de julio.

Recordamos que Huala se encuentra detenido en nuestro país con el objetivo de repatriarlo a Chile, donde le espera regresar a la cárcel por situaciones pendientes con la justicia de aquel país. En el contexto de esta situación pudo hacer un alegato ante el juzgado argentino donde se ventila su caso.

Lo que sigue es la transcripción de esa intervención, un poco extensa quizá, pero imperdible sobre todo por la poca difusión que ha tenido (y seguramente tendrá) en la prensa hegemónica y, seguramente, en la que no lo es.

El weichafe mapuche brindó un extenso alegato durante el juicio por su extradición a Chile. Aseguró que no lo van a doblegar: “Van a tener que fusilarnos, porque nosotros no vamos a parar”.

No voy a ser tan hipócrita, nosotros ya nos conocemos, ustedes lo saben, no solamente en estas instancias judiciales, nosotros nos conocemos, no nos vamos a leer la suerte entre gitanos, este es un conflicto político, y va más allá de lo jurídico, se lo dije claramente ayer y se lo repito: si ustedes pretenden doblegarme, ustedes, sus jefes, el Estado opresor, el sistema capitalista, los terratenientes, la burguesía, el grupo Clarín, las fiscalías y todas las mafias de este Estado corrompido en todos sus lados, nunca lo van a lograr.

Es cierto que fui detenido de una manera un poco vergonzosa, pero soy una persona, soy un hombre mapuche, de las clases populares. Mi familia ha sido marginada como muchas, explotada, lumperizada, así que si pasé un poco de vergüenza porque caí borracho, también es una realidad de mi pueblo que ha sido alcoholizado, que ha sido sometido a las drogas, que ha sido sometido a la delincuencia y a la explotación porque nosotros somos la mano de obra de todos ustedes, que pertenecen a las clases dominantes de las cuales nosotros somos sus empleados. Nosotros somos los que les trabajamos, nosotros somos los que sostenemos sus riquezas y sus privilegios, nosotros somos los obreros, los campesinos, los delincuentes, y también somos los policías, nosotros somos los que les limpiamos la mugre de sus casas. Ustedes lo saben bien, y por eso hemos decidido revelarnos hace muchos años. Hace más de 20 años que hemos decidido resistir como Nación Mapuche de ambos lados de la cordillera. Yo pertenezco a ese sector, un sector combativo, revolucionario y no me arrepiento y no me avergüenzo de tal. Y si fui detenido en esta causa y si fui extraditado, fue por ser un combatiente revolucionario, y lo repito: estoy orgulloso de haber combatido con mis compañeros de la coordinadora, una organización política militar con todas sus letras. Situación a la que ustedes nos han obligado, su clase dominante, sus socios, sus patrones, sus jefes, no solamente el capitalismo transnacional, sino también la masonería, todos esos grupos de poder que se han privilegiado por la explotación cotidiana, nosotros somos eso, pobres, explotados y somos rebeldes por culpa de ustedes. Ustedes son los que nos hicieron rebeldes, su clase dominante, sus policías.

A los 11 años fui detenido por primera vez por comprar un mapa para hacer la tarea para la escuela, ¿Por qué? Porque era un indio, pobre, que andaba paseando o andaba caminando por las calles de Bariloche y le daba vergüenza a esa ciudad burguesa y fascista. A los 12 años yo estaba paleado por la policía, en los calabozos de esa ciudad asquerosa, como la mayoría de estas ciudades que se han hecho con nuestro esfuerzo, nuestra mano de obra, con nuestras familias, nuestro territorio, que han sido usurpados por ustedes, por sus familias, por sus socios, por los que gobiernan este país, por los que gobiernan estas provincias. Y no solamente hablo de la derecha fascista que gobernaba en el momento que me extraditaron, que fue el gobierno de Macri, hablo también del kirchnerismo corrupto que mantiene prisioneros políticos en este país, que también tienen negociados con las empresas mineras, petroleras, hidroeléctricas.

Yo no compro con el progresismo de mentira, con el progresismo falso del kirchnerismo, no compro con la derecha, no compré con Boric, y por eso decidieron revocarme la libertad condicional en Chile, porque fue una decisión política del gobierno del señor Piñera, porque antes de revocarme la libertad condicional el secretario del Interior estaba diciendo por la prensa que me iban a dar orden de captura. Fue el gobierno el que apeló mi libertad condicional, como fue el gobierno el que decidió mi extradición, y de lo cual usted fue cómplice, corrupto, porque a usted y al gobierno nacional no les importó la resolución de Naciones Unidas donde se interpuso una medida cautelar para la nueva extradición, y se lo digo de frente y sin faltar el respeto, usted sabe bien que es un corrupto y también sabe bien que tiene su mano manchada con sangre, con la sangre de mi peñi Rafael Nahuel.

Me causa tristeza que gente que venga en las mismas condiciones sociales que nosotros esté defendiendo intereses de los grandes capitalistas que los mandan a enfrentarse con sus propios pueblos.”

Este Poder Judicial es un Poder Judicial asesino, que no solamente tiene responsables directos, porque todos aquellos que acompañan y que avalan las mafias también lo son. Son asesinos y corruptos, tienen la sangre de Rafael Nahuel y de Santiago Maldonado en sus manos.

Nosotros por lo tanto vamos a seguir combatiendo hasta hacer justicia por nuestras manos, hasta reconstruir nuestra nación. ¿Cuál es el miedo que tienen? Porque yo sé que nos tienen miedo por eso hay dispositivos fuera de la cárcel. No le tienen miedo a la posibilidad de que nosotros estemos armados, ojalá estuviéramos armados, como realmente temen ustedes, ojalá tuviéramos en nuestras manos las mismas armas que tienen los funcionarios policiales que están aquí, ojalá tuviéramos una ametralladora, fusiles, para enfrentarnos de igual a igual. Pero no, estamos igual que esta defensa, atados de pie y mano enfrentando a los leones del poder.

Ustedes a lo que le temen es a nuestra ideología, ustedes le tienen miedo a nuestro espíritu y nos tienen miedo porque saben bien que les estoy diciendo la verdad. Nosotros construimos sus casas porque ustedes son unos vagos, inútiles. Después hablan la clase media, de la burguesía de los planeros. Nosotros no somos planeros, jamás en mi vida cogí un plan de ningún gobierno, toda mi vida vivi en mi esfuerzo y si, cuando no pude trabajar, robé. Le robé a los ricos y le robé a la burguesía, jamás le toqué nada a mi gente, a los pobres.

Sí viví de sacar animales a Luciano Benetton, y a tantos otros burgueses del capitalismo nacional y transnacional que viven de nuestro esfuerzo y de otros pueblos originarios oprimidos y del pueblo argentino empobrecido y del pueblo chileno empobrecido, y no me arrepiento, y no me avergüenzo, porque no soy un ladrón de guantes blancos, porque a mí nadie me va a intimidar, ni un funcionario penitenciario, ni un juez, ni un presidente. Nunca me van a ver de rodillas frente a ustedes, ni a mí, ni a ninguna de mi gente. A nosotros no nos van a ver de rodillas. Si quieren terminar con nuestra lucha, tendrán que fusilarnos. Si quieren terminar con esta voz rebelde, revolucionaria, con el Movimiento Mapuche Autónomo del Puelmapu (MAP), si quieren terminar con la lucha, incluso, de gente con la que hoy tenemos diferencias políticas, que son públicas, como la gente de Lafken Winkul Mapu pero si quieren terminar con esa rebeldía, con la rebeldía de Cushamen, con la rebeldía del territorio Mapuche, van a tener que fusilarnos, porque nosotros no vamos a parar.

Pueden torturarnos, pueden extraditarnos, pero no nos van a frenar. Nunca me callé ni me voy a callar. No me intimidan. No me intimidan las esposas. No me intimidan los golpes de la policía. No me intimidan los tiros. Yo me he enfrentado a las Fuerzas Armadas. ¿Piensan que les tengo miedo? No les tengo miedo. Y ojalá que el próximo enfrentamiento la bala venga acá, a la cabeza, para que no me tenga que aguantar de vuelta otra vez en los Tribunales. Miedo jamás les tuve porque yo crecí apaleado por la policía. Yo crecí en medio de la violencia intrafamiliar. Yo crecí en del hambre, en la pobreza, en la explotación. Nosotros crecimos trabajando. Con el sudor de nuestra gente nos ganamos el pan. Y después tenemos que escuchar a todos esos viejos burgueses, a todos esos viejos de plata, hablando de que nuestra gente es planera, de que nuestra gente es vaga. Los vagos son los poderosos. Los vagos son los ricos. Los vagos están en el Poder Judicial, en el poder político, en el poder económico que manejan las agendas de América Latina y de este país en particular, que además, y lo repito y lo voy a seguir repitiendo, son corruptos.

Hace pocos días veía a una jueza amenazando de muerte a un albañil, porque el albañil le pedía que le paguen. Entonces, ¿en quién podemos confiar? Si sabemos que todos ustedes están entongados con las mafias, si el público conocimiento que más de un juez federal está metido en el narcotráfico y vienen a perseguirnos a nosotros por pelear un pedazo de tierra, cuando son socios, son socios del narcotráfico, y no detienen a las guerrillas responsables del narcotráfico. Los Monos y todas esas bandas, aliados con los sojeros, se pasean por el país y se instalan en ciudades como en Bariloche, y ustedes no hacen nada. Además, son cómplices de la trata de Blancas, y no hacen nada.

A Joe Lewis, el que tiene el Lago Escondido, al que ningún juez se anima a ir y cortarle el candado, por más que hayan resoluciones judiciales favorables para la población, no se animan, porque con nosotros son machos, con nosotros son valientes, pero con los que tienen que ser valientes son cobardes, porque son socios de ellos.

Cada vez que ustedes nos quieren silenciar nos hacen más fuertes”

En el fondo ustedes son títeres, son marionetas del verdadero poder. Ustedes no son mis enemigos tampoco. No es usted mi enemigo, ni su secretario, ni el fiscal, ni los penitenciarios, ni la policía, ni la gendarmería. Son solo títeres. Son marionetas del verdadero poder, del nuevo orden mundial, de aquellos que pretenden instaurar dictaduras sostenidas de una manera nueva, nuevas dictaduras, nuevas formas de dominación del hombre por el hombre. Pero aunque no sean nuestros enemigos, ustedes son los que ejecutan las órdenes, porque ustedes las firman. Y ellos, los otros perros falderos, son los que las ejecutan. Por eso hicieron lo que hicieron con el compañero Santiago Maldonado, y eso les va a pesar en la conciencia siempre. Y sepan que siempre va a haber gente que los va a salir a combatir y a repudiar.

Y alguna vez surgirá un valiente con buena puntería que va a poder vengar la muerte de nuestros caídos. Lo eso lo tienen que saber Pintos, aquel prefecto que cumplió sus órdenes y mató a mi Peñi Nahuel. Lo tienen que saber todos esos prefectos que capturaron a mi hermano y que buscaron meterles en cana, buscaron meterle en cana a Peñis como el honorable Lautaro González. Igual que mi hermano, igual que yo, igual que mi familia y mi primo y mi vecino. Nosotros somos la resistencia mapuche. Nosotros, los pobres paisanos. Nosotros, los brutitos. Nosotros, no les tenemos miedo, ninguno de nosotros tiene miedo. Mi gente no tiene miedo, las mujeres, los hombres, los niños. Podremos tener diferencias políticas porque somos un movimiento político que va a seguir creciendo.

Argentina y Chile tienen sus movimientos políticos, tienen sus diferencias, la misma derecha, que gobierna en todos los países, tiene sus diferencias políticas, ¿por qué no las podemos tener nosotros? Pero hay una decisión que hemos tomado y que no tiene vuelta atrás, que es la liberación de la nación Mapuche. Nunca se olviden de eso, aquí ustedes son una fuerza de ocupación, esta no es su tierra, esta es nuestra tierra, esta es la tierra de mis abuelos y de mis abuelas y de mis tatarabuelos, por más que yo sea mestizo, el 90% de mis antepasados son de esta tierra, porque además si somos mestizos es porque hubo gente, no toda la gente blanca fue como los que hoy gobiernan, algunos se integraron, vivieron con otras comunidades y no nos robaron, pero la inmensa mayoría de los que gobiernan este país y estas provincias son la peor basura que puede pisar la humanidad, son explotadores, son corruptos y son mafiosos, pero nosotros estamos enfrentándolos y lo vamos a seguir enfrentando.

Somos una fuerza de liberación nacional que va a seguir creciendo. A nosotros no nos dan miedo las balas, no nos da miedo la muerte, ya lo dije, no nos da miedo la tortura ni la cárcel. Yo le pongo el pecho a las balas y le pongo el pecho a las palabras, si quieren hacer otra causa por mi declaración y como ya más de una vez me lo hicieron, háganmelo, no les tengo miedo. ¿Por qué tengo que tener miedo a expresar mis ideas? ¿Dónde queda la libertad de expresión? ¿Cuál es el problema de que haya decidido, como muchos otros, dejar de ser explotados, dejar de ser manipulados, estudiar por nuestros propios medios, entender las políticas, la organización sociopolítica, la economía, la sociedad, ¿Cuál es el pecado? ¿Cuál es el pecado de pensar? ¿Cuál es el pecado de revelarse y decir: ‘no quiero que me explotes más’, ‘yo no quiero ser un explotado como mis papás y mis abuelos’.

Ver a mis hermanos, ver a funcionarios de las fuerzas armadas, no me causa tanta rabia, me causa dolor, me causa tristeza que gente que venga en las mismas condiciones sociales que nosotros esté defendiendo intereses de los grandes capitalistas que los mandan a enfrentarse con sus propios pueblos. Que no sean capaces, cuando son conscientes de que no tienen que disparar un arma contra gente que reclama derechos justos, las disparan igual. Me da tanta rabia, por un lado, pero más tristeza me da, que nos estén deshumanizando, que nos estén sacando el derecho de ser humanos y de seguir siendo lo que nosotros fuimos.

Yo tengo formación político-militar. Tengo formación político-filosófica. Pero la principal formación que tengo es la formación de mis antepasados, de mis abuelos. Sus valores, su kimún, su conocimiento, su cultura. Y la historia que nos regaló. Esa historia es la que también me tiene miedo.

A mí no me van a amansar. A mí no me van a domar. Así que hagan lo que quieran porque yo sé que este juicio está preparado de antemano. Se lo dije cuando nos reencontramos por videollamada. Y le soy bien sincero, les hablo como persona. Mirándolo a los ojos. Como hombre que soy, como hombre mapuche. Yo tengo dignidad, yo no me doblego. Yo no me vendo por un pedazo de tierra, como muchos se han vendido. Ni me vendo por impunidad, por libertad. Yo no voy a negociar. Que otros lo hagan. Yo ni siquiera les voy a firmar un abreviado en este momento. Yo prefiero mi dignidad. La dignidad del combatiente, del revolucionario. Como dijo el Che Guevara al hombre que lo iba a visitar. Mírame a los ojos porque vas a matar a un hombre. Acá pasa lo mismo. A mí mírenme a los ojos porque acá están persiguiendo a un hombre. Que siempre va a mantener la dignidad de sus antepasados y sus mayores. Porque a ellos les debemos la honra de la vida, esta cultura hermosa. Esta cultura preciosa, la Mapuche.

Cada vez que ustedes nos quieren silenciar nos hacen más fuertes, cada vez que ustedes nos quieren callar vamos a gritar más fuerte y si no puedo gritar yo, mi hermano, mi vecino.

Escuchaba algo que decía la defensa. ¿Quién lo obliga a salir del derecho al señor juez? Pero si todos sabemos quién lo obliga. Todos sabemos quién lo obliga a los jueces, a los fiscales y a las policías a salirse del derecho. Es el poder político y económico. O porque son funcionales, o porque son ambiciosos, o porque tienen miedo. Pero todos sabemos que aquí no hay justicia que no sea política. La aplicación de la justicia en este país está totalmente dominada por los intereses del poder.

Quiero a mis hermanos, a mis hermanas, que no baje esta lucha. Que no crean en la justicia de los huincas. Que no crean en sus mesas de diálogo porque son mentiras porque le están dando migajas. Porque todo está destinado a nuestra tierra. Pero lo que tenemos que creer nosotros, en nuestra propia fuerza, en nuestros antepasados, en nuestras comunidades, en nuestra organización, en nuestra palabra. Lo que nosotros tenemos que creer es en nosotros mismos. Porque eso es lo que nos hicieron olvidar. Nos golpearon la autoestima. Nos dijeron tanto que éramos unos brutos. Nos dijeron tanto que solamente servíamos para servirles a ellos, que nos olvidamos igual de ser lo que realmente somos. Un pueblo digno y guerrero.

 

Fuente: Revista Cítrica

Fotos: Luan Colectivo Fotográfico

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