Entrevistas

Los domingos, la emisión radial de “Cuentas y Cuentos” suele recibir visitas que te alegran la vida.

Una de ellas fue la de Rubén Izarrualde, más conocido por “Mono”.

Desde pequeño vivió dedicado a la música. El primer contacto con él lo tuve por los años setenta como integrante del casi legendario grupo “Anacrusa”. En los ochenta lo valoré en la inolvidable formación del “Chango” Farías Gómez, aquellos Músicos Populares Argentinos (MPA) donde se lucía junto a Peteco Carabajal y Jacinto Piedra, entre otros. En los noventa se sumó de nuevo al Chango en “La Manija”, que se convirtió en una valiente experiencia musical. Por esos años brilló también en el trío que se conformó con Vitale y González.

Siempre con la flauta traversa, que en sus manos y en su boca hacía (debo decir, hace) maravillas.

Y siempre desde mi butaca de espectador, con el Mono en el escenario.

Un día, sin embargo, se produjo el encuentro y nos cruzamos en la vida. No me acuerdo la fecha, debió ser por los primeros años del tercer milenio, en un lugar impensado: la pizzería “Pirilo”, en pleno San Telmo, en Defensa muy cerca de Independencia. Él hacía mucho tiempo que formaba parte de la logia que algunos parroquianos integraban en ese boliche, un poco por compartir semejante espacio, otro poco por bohemia y también (¿porqué negarlo?) por búsquedas gastronómicas.

Desde el primer momentos sincronizamos bien. ¿Cómo no hacerlo con una persona tan abierta, tan sencilla, espontánea, a pesar de su grandeza?

Por eso mismo luego, seguir escuchándolo en diversas presentaciones fue una cita de honor, que se hizo evidente cuando sumo su talento a las últimas actuaciones de Jaime Torres.

Desde entonces, asistimos a sus presentaciones para gozar de su arte y, también, para acompañar al amigo.

El domingo que lo invitamos al programa vino armado, es decir, trajo su flauta y no solo aceptó la entrevista sino que interpretó temas que fueron una verdadera fiesta.

Parte de ella, parte de esa fiesta, se puede escuchar aquí.

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