Desde hace muchos programas. en el inicio de “Cuentas y Cuentos”, además de informar el número de la emisión de cada domingo, agregamos el número de días que lleva prisionera Milagro Sala y sus compañeras en la lejana provincia de Jujuy.
Me consta que Milagro era temida y odiada por los sectores pudientes de la provincia (comerciantes o profesionales, blancos, acostumbrados a someter a los sometidos) y al menos resistida por parte del propio partido Justicialista de Jujuy. Temida por que era capaz de desarrollar un plan de viviendas y mejoras en la vida de muchos jujeños (no precisamente pudientes, morochos, indios, en síntesis y para simplificar: negros), con plata que recibía directamente del Estado nacional y no faltó quien la acusara de manejar un Estado paralelo en la provincia. Temida también porque tiene (las sigue teniendo aún en prisión o prisión domiciliaria) agallas y le sobra coraje. Nunca se achica, nunca se agacha. Y odiada por lo que todos sabemos: es mujer, nació en la mayor pobreza, supo vivir en la calle, es una india… ¿como se puede aceptar que se transforme en referente social y política de mucha gente?
Sin embargo nadie podía negar los logros de la Túpac Amaru, ni aún temiendo sus banderas desplegadas que, además de llevar la imagen del legendario rebelde José Gabriel Condorcanqui, la acompaña con Evita y el Che.
Poco antes de las elecciones del año 2015, en la provincia de Jujuy se constituyó una singular Alianza. Al grupo original del Pro y los Unión Cívica Radical (UCR) se sumó el Frente Renovador, liderado a nivel nacional por Sergio Massa, que por ese acuerdo se reservó el cargo de vicegobernador. En esas elecciones la fórmula Gerardo Morales (UCR) – Carlos Haquim (FR) se hicieron del poder en Jujuy.
Apenas iniciada su gestión aprobaron un aumento de miembros de la “Corte Suprema de Justicia” provincial ocupando los cargos con legisladores del bloque gobernante, es decir los mismos que antes habían aprobado la ampliación. Simultáneamente, el Ejecutivo dictó resoluciones que penaban la ocupación del espacio público, las manifestaciones y las protestas, con multas siderales.
No es de extrañar que apenas iniciado el año 2016, numerosas cooperativas. entre las que se encontraba la Organización Barrial Túpac Amaru, resolvieran hacer un acampe para forzar el diálogo con las nuevas autoridades. La respuesta no se hizo esperar: el 16 de enero de 2016 fue detenida Milagro Sala y una cantidad importante de los dirigentes de la Túpac acusados de ocupar indebidamente el espacio público, “tumultos” y “sedición”.
De inmediato comenzaron a acumularse causas contra esa dirigencia de manera aviesa, sin el menor rigor jurídico, todo amañado conforme a las necesidades del gobierno provincial, celebrando juicios inválidos, nulos de nulidad absoluta, recurriendo a testigos falsos y en muchos casos pagos, que culminaron con sanciones penales pretendiendo liquidar la presencia de Milagro en el espacio político de la provincia. En medio de semejante desmesura, otro dirigente radical Ernesto Sáenz (uno de los artífices de la Alianza con el PRO) aceptaba todo lo actuado porque con Milagro libre “Jujuy era ingobernable”.
Este argumento no era exclusivo de los grupos políticos aupados en la provincia: en el partido Justicialista algunos opinaban casi lo mismo y la población blanca de San Salvador (nunca faltan “las buenas conciencias”) otro tanto. Ni que hablar de los propietarios del Ingenio Ledesma y otros dueños de la provincia. Todos ante la magnitud de las obras de la Túpac afirmaban al unísono que Milagro había instaurado “un Estado dentro del Estado” o “un Estado paralelo” que era más eficiente que el propio Estado.
Los medios de prensa expresaban otro tanto y se regodeaban denunciando lo robado por los dirigentes de la Túpac y calificaban a su líder como autoritaria, violenta y, por lo menos, comprometida con un asesinato. Esto trascendía la jurisdicción provincial y tenía un rebote multiplicador a nivel nacional, en voces y escritos despreciables.
Durante los cuatro años que gobernó el PRO la modalidad operativa de persecución a sus opositores, iniciada en Jujuy, se generalizó y se hizo extensiva a todo el país.
Resoluciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos lograron que la cárcel de Milagro se convirtiera en prisión domiciliaria, no así de sus compañeros. A su vez, agotadas todas las instancias judiciales en el ámbito provincial, donde Milagro fue condenada a trece años de cárcel y la imposibilidad de ejercer cargos públicos de por vida, los abogados defensores de la Túpac formularon una presentación ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).
Antes de asumir como presidente de la Nación, Alberto Fernández supo entrevistarse con Milagro y hace unos meses, ante una crisis de la quebrantada salud de la prisionera corrió a sacarse una foto que fue muy publicitada, pero a lo largo de su gobierno (bueno, algún nombre hay que darle a lo que no hace) siempre expresó que no podía intervenir con un indulto, tal como lo faculta la Constitución Nacional porque se trata de una sanción legal aplicada en jurisdicción de la provincia de Jujuy. Es decir que quien debería tomar esa iniciativa es… ¡Morales! Parece chiste pero de chiste no tiene nada, hasta tal punto que en numerosas ocasiones, la bancada en el Congreso Nacional del energúmeno jujeño se solidarizó con propuestas impulsadas por el presidente.
En cuanto a la CSJN, dejó dormir el expediente durante más de dos años y, sin el menor análisis del caso planteado, se limitó a reconocer la procedencia de la sanción de los tribunales provinciales, es decir, trece años de cárcel. Y como al déspota jujeño (que ahora tiene ambiciones presidenciales) nada le resulta suficiente instruyó a sus fiscales a levantar la prisión domiciliaria de Milagro y tramitar su regreso a una celda común.
Antes de la última celebración de navidad, en la Plaza de Mayo, la Túpac llevó a cabo un acampe para solicitar el indulto presidencial. Alberto Fernández no aceptó una entrevista con esos dirigentes pero si lo hizo con representantes de los organismos de derechos humanos que al término del encuentro manifestaron que el primer mandatario (¡vaya nombre!) trataría de encontrar una solución a mediados del mes de enero de 2023. Ante esa promesa se levantó el acampe.
A hoy, 25 de Mayo, con la imprescindible recordación del magno grito de libertad surgido desde la ribera del Mar Dulce, con la convocatoria que se supone será multitudinaria para escuchar a la vicepresidenta en lo que se adelanta que, con el pretexto de celebrar los veinte años del arribo a la Casa Rosada de Néstor Kirchner, se producirá el inicio de la campaña electoral para las cruciales elecciones del corriente año, Milagro y sus compañeros han superado holgadamente siete años de cárcel y pese a los reclamos de distintos sectores de una parte muy importante de la opinión pública y de expresiones de solidaridad de personalidades de todo el mundo, el “presidente” aceptó ser cómplice de la prisión de Milagro Sala.
Todo lo que referimos no es ninguna novedad. Ni siquiera es novedad que no hubo (como debió haberlo) expresiones masivas de los mayores responsables de la dirigencia política argentina sobre este tema para ponerle término a una situación que es inhumana y desnuda la aceptación del imperio del odio como modo de regir la vida en nuestra atribulada sociedad.
Lo reiteramos, nada de esto es nuevo, pero era imprescindible que en “Cuentas y Cuentos” quedara registro de esta historia que nos llena de vergüenza y por eso mismo nos exige redoblar los esfuerzos para no bajar los brazos y seguir peleando por la libertad de Milagro Sala y todos sus compañeros.
Foto: Romina Santarelli / Ministerio de Cultura de la Nación.
25/05/2023