En una etapa muy linda de mi vida supe ser docente de diversos cursos en la Escuela de Enseñanza Media Nº 1 Abraham Lincoln de la ciudad de Banfield.
De aquellos años tengo gratos recuerdos y enormes amigos y compañeros, que no otra cosa resultan mis ex-alumnos de aquel tiempo, devenidos en valiosos profesionales y apreciados intelectuales que saben poner sus conocimientos al servicio de la causa de las mayorías nacionales.
Uno de ellos es Carlos Ragonesi quien periódicamente me hace llegar los informes elaborados a través de la Fundación Buenos Aires XXI donde comparte sus investigaciones con Juan Carlos Vacarezza, otro entrañable amigo con el que hemos compartido diversas actividades en el ámbito de la profesión que nos reúne a todos en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas, en este caso de la Provincia de Buenos Aires.
Apenas leí el último de esos informes les comenté a los compañeros que el mismo era imperdible y les pedí autorización para reproducirlo en “Cuentas y Cuentos”, a lo que accedieron generosamente.
El trabajo se realizó a partir de una colaboración de Javier Milei publicada en el matutino “La Nación”. Las limitaciones evidenciadas permanentemente por Milei en cuanto a su formación académica hacen difícil aceptar su incorporación a esta página, pero para una mejor interpretación del informe realizado por la Fundación Buenos Aires XXI, la reproducimos en los términos que fuera publicada, salvo la ilustración.
A continuación agregamos el informe de la Fundación que, demás está decirlo, compartimos.
ARTÍCULO DIARIO LA NACION
El retorno al sendero del crecimiento
En esta columna, que envió a LA NACION, el Presidente explica su visión del rumbo de la economía y la perspectiva de cómo debe seguir el proceso de reformas que encaró su gobierno
Javier Milei, 3 de enero de 2025, en https://www.lanacion.com.ar/politica/opinion-el-retorno-al-sendero-del-crecimiento-nid03012025/
Cuando uno revisa los libros de crecimiento económico, todos tienen algo en común y es una cita de Robert Lucas Jr., tomada durante una conferencia en Cambridge en 1985, en la cual afirmó: “Las tasas de crecimiento del PIB per cápita son diversas… Mientras que la renta de la India se duplica cada 50 años, la de Corea lo hace cada 10. La situación de un indio, en promedio, será 2 veces mejor que la de su abuelo, mientras que la de un coreano 32 veces mejor… No entiendo cómo se pueden observar cifras como estas sin ver que representan posibilidades. ¿Podría tomar el gobierno de la India alguna medida que permitiera que la economía india creciera como la de Indonesia o la de Egipto? En caso afirmativo, ¿cuál exactamente? En caso negativo ¿qué hay en la ‘naturaleza de la India’ que lo impida? Las consecuencias que tienen este tipo de cuestiones sobre el bienestar humano son sencillamente estremecedoras: cuando uno empieza a pensar en ellas, resulta imposible pensar en otra cosa”.
Naturalmente, la pregunta sobre India también vale para el caso de Argentina y el de todo país que busque mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos. Es más, en nuestro caso tiene mucho más sentido aún, ya que Argentina al ingresar al siglo XX se encontraba en el lote de los cinco países más ricos del mundo, mientras que para 2023 estábamos en el lugar 113° del ranking mundial de PIB/c, con niveles de pobreza e indigencia del 54,8% y 20,2% respectivamente. Por lo tanto, dichos datos son más que suficientes sobre la importancia del crecimiento económico.
La cuestión no es nueva. Ya en 1776, Adam Smith había señalado que la conjunción de mercados libres (la mano invisible y su correlato con los de derechos de propiedad), rendimientos crecientes (fábrica de alfileres), progreso tecnológico, aprendizaje en la práctica (capital humano específico), en un contexto de un Estado mínimo y una política monetaria impoluta (patrón oro), nos traería el ansiado bienestar. Sin embargo, esta llama de esperanza fue apagada por la visión oscura de los rendimientos decrecientes de Thomas Malthus y sus seguidores. Es más, cuando a finales del siglo XIX e inicios del XX la profesión estaba tomando cuenta del error, la llegada de la Gran Depresión y de John M. Keynes desvió el debate durante medio siglo, hasta que Paul Romer y Robert Lucas Jr. lo trajeron nuevamente al centro de la escena (sin menospreciar grandes aportes como los de Harrod, Domar, Solow, Swan, Usawa, Hahn, Phelps, Cass y Koopmans), para que en 1989 Mankiw, D. Romer y Weil le dieran un cierre empírico al debate, poniendo en el centro de la escena no sólo a la acumulación de capital físico sino también al capital humano.
Por lo tanto, en función de dicho debate, ¿qué lecciones hemos aprendido para sacar al país del pozo en el que nos ha metido el populismo socialistoide que ha imperado durante el último siglo? En primer lugar, hemos aprendido que la estabilidad es una precondición necesaria para crecer, ya que la presencia sistemática de déficit fiscal, inflación fruto de la emisión monetaria para financiar al fisco, y desequilibrio externo aunado a brecha cambiaria, pérdida de reservas y endeudamiento constituyen un cóctel explosivo que nos hacía vivir el borde del abismo y con ello destruía todo tipo de visión que excediera el día a día. En este sentido, la eliminación de cuajo tanto del déficit fiscal (Tesoro) como del cuasi fiscal (BCRA) ha permitido cortar con la emisión de dinero haciendo que la inflación mayorista (minorista) pasara de niveles del 54% (25,5%) mensual a niveles del 1,4% (2,4%), lo cual se logró: (i) sin expropiar activos; (ii) sin controles de precios; (iii) recomponiendo tarifas y (iv) sin fijar el tipo de cambio. Esto es, todo se ha hecho respetando el derecho de propiedad y, si se resta el efecto de la inflación inducida por el crawling peg, los precios mayoristas estarían en deflación y los minoristas neutros. Por lo tanto, la inflación está desapareciendo y por ende se está terminando con la distorsión que esta causa sobre los ingresos de la población y sobre la inversión.
Al mismo tiempo, la reducción del déficit fiscal ha generado una abrupta caída del riesgo país, el cual en el momento del triunfo de La Libertad Avanza se ubicaba en torno a los 3000 puntos básicos, cayó a 1900 en el momento de asumir y hoy, después de un año completo de equilibrio fiscal en la línea financiera, se ubica en torno a los 600 puntos básicos. Este punto no es menor, ya que al caer el riesgo país la tasa de interés doméstica también lo hace y con ello reduce el costo del capital de las empresas, lo cual dispara su valor (200% durante el último año) y estimula la llegada de nuevas inversiones. Como resultado de ello, el stock de capital per cápita aumenta, con ello la productividad del trabajo sube y el resultado final es mayores salarios que empujan a una caída de la pobreza y la indigencia. Sin embargo, esto no es sólo una cuestión retórica. Un trabajo reciente de Juan Pablo Nicolini, muestra que el sólo hecho de alcanzar el equilibrio fiscal asegura una tasa de crecimiento anual del 4,5% per cápita, esto es, en 15,6 años duplicaríamos nuestro PIB/c.
Sin embargo, y tal como lo señala el propio autor, el trabajo sólo considera el equilibrio fiscal sin mención alguna sobre cómo se logra. Esto es, no es indistinto que el logro fiscal haya sido alcanzado recortando el gasto público que si se hubiera hecho subiendo impuestos. No sólo por las implicancias en términos asignativos y de felicidad (utilidad), sino también porque el ajuste fiscal consolidado implicó devolverle (o dejar de robar) a los argentinos 15% del PIB. Naturalmente, no toda esa mejora será ahorrada, pero más allá de ello el ahorro aumentará y eso permitirá mayor inversión y crecimiento. Esto es, la mejora fiscal brinda un piso enorme de crecimiento a la luz de la historia argentina. A su vez, en la medida que la economía crezca ello permitirá seguir bajando impuestos y por ende dar mayor impulso al crecimiento y a la libertad.
Finalmente, tenemos las reformas estructurales. Sólo considerando el DNU 70/23 y la Ley Bases se implementó una reforma estructural ocho veces más grande que la de Menem, lo cual ha implicado que Argentina suba 70 puestos en términos de libertad económica. De más está decir que esto no es un punto menor, ya que aquellos países más libres no sólo crecen el doble que los reprimidos, sino que a su vez tienen un ingreso per cápita 12 veces mayor y con 50 veces menos de pobres en el formato extremo. Sin embargo, la reforma no terminó con estos dos grandes hitos, sino que además se quitan 3,5 regulaciones por día, lo que incrementa así nuestra libertad e ingresos.
Por lo tanto, estamos frente al proceso de transformación más ambicioso de la historia argentina y que, complementado con nuestras reformas en materia de salud, educación, trabajo y legales, en un contexto de mayor seguridad interna y externa, hizo que 2024 no sólo haya sido el año bisagra de nuestra historia, sino que además, simplemente manteniendo lo ya realizado, 2025 será el inicio de la reconstrucción de Argentina para que luego de 40 años volvamos a estar al tope del mundo.
Fundación Buenos Aires XXI
INFORME ECONÓMICO DEL MES DE ENERO DE 2025
DESNUDANDO AL LIBERALISMO DEL PRESIDENTE
El 3/1/2025, el presidente Milei publicó en el diario La Nación, un artículo donde exalta las bondades y logros del modelo económico instalado a partir del 10/12/2023.
En cuanto se le acerca un micrófono de los medios o escribe para el público, acude a la estrategia argumental de nombrar a una serie de economistas (Paul Romer, Robert Lucas Jr., Harrod, Domar, Solow, Swan, Usawa, Hahn, Phelps, Cass y Koopmans, D. Romer y Weil) para impresionar a la audiencia o al lector de su supuesta sabiduría en la materia, tratando de demostrar que él ha leído y se ha nutrido de los mejores, aun sabiendo que para la mayoría de aquéllos a quien se dirige no tengan la menor idea de los trabajos realizados por los nombrados.
Es un recurso de la retórica, hábil para ser usado en un ambiente académico, pero cuando se usa ante legos representa una burda actitud de superioridad y soberbia intelectual que, en forma diplomática, tiene el objetivo de enviarles el mensaje de convencerlos de que padecen de una supuesta ignorancia y, con ello, lograr el efecto del aplauso y el consentimiento para que no duden de un modelo económico que los va a perjudicar, dado que por regla general el ignorante tiene la costumbre de ser seducido y, por ende, aplaudir al que habla en un lenguaje difícil al que no tiene acceso ni tampoco comprende.
Pero el problema toma dimensiones graves e irrespetuosas cuando encuentra a los que piensan distinto, a los que trata con desprecio e insultos inaceptables como norma de conducta civilizada y muchos menos surgiendo de la máxima autoridad política de la Nación, donde el respeto y el decoro deberían ser norma permanente de conducta.
En el trabajo mencionado, el Sr. presidente alaba la política liberal de Adam Smith, expuesta en su libro Una investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, en el que el autor inglés expone la famosa teoría de que una mano invisible (la del mercado) puede dar solución a todos los problemas que surgen en la economía, sin necesidad de recurrir al Estado. Pero lo que no explica el Sr. Presidente es por qué a partir del año 2017, cuando en EEUU surgió la crisis de las hipotecas sub prime, esa mano invisible necesitó que el Estado de los EEUU se endeudara con su propio banco emisor: la Reserva Federal, logrando una expansión monetaria extraordinaria y Europa haciendo lo mismo con el Banco Central Europeo. Un artículo del 4/2/2010 publicado en IAR Noticias menciona que la Unión Europea, EEUU, China, y Japón (las cuatro primeras economías mundiales) utilizaron más de 20 billones de dólares de fondos públicos (más de un tercio del PBI mundial de esa época), para salvar de la quiebra al sistema financiero y a los bancos privados. Por su parte, según La Nación del 12/10/08, el Reino Unido lanzó un rescate de 60.500 MD a cuatro bancos: Barclays, Royal Bank of Scotland, Lloyds TSB y HBOS. Y, por último, en un artículo del 19/10/2008 de la agencia Reuters, se informa que Corea del Sur lanzó un rescate financiero de 130.000 MD. ¿Sr. presidente, no es que el Estado debe ser prescindente en economía, según sostiene su política liberal?
La mano invisible del liberalismo económico, es la misma que demostró quedarse manca cuando en la crisis del 2001 de Argentina el Estado tuvo que entregar a los bancos, por la pesificación asimétrica, según un art. de Gustavo Bazzan del 2/5/2005 publicado en Clarín, la suma de us$ 10.800 M$ en títulos de deuda, para evitar un colapso generalizado del sistema financiero que en la jerga común se llama “corrida bancaria”, con el agregado de que el mismo Estado, para evitar males mayores, estableció un corralito primero y luego un corralón, con el agravante de que los dólares depositados fueron convertidos a pesos. Ergo, la mano invisible de Adam Smith se convirtió en una mano que se metió en los bolsillos de los argentinos para sustraerle sus ahorros, al par que, al solicitar ayuda estatal, destruyó la tesis liberal de que el Estado debe ser prescindente en economía. Entonces, según esa política que tanto valora la más alta jerarquía ejecutiva del país, cuando las cosas van bien el Estado debe permanecer ausente y cuando van mal debe intervenir. ¿No es una forma curiosa de sostener una doctrina económica?
También el Sr. presidente alaba en su artículo las bondades del patrón oro, lo que demuestra, otra vez, su escasa memoria en materia de historia de la economía, dado que el modelo de un patrón monetario, o modelo de convertibilidad, nunca dio resultado en los países donde fue aplicado (tampoco en los ´90 de Argentina) y hubo que abandonarlo recurriendo al de la inconvertibilidad. Ya que al Sr. presidente le gusta nombrar a los supuestos sabios de la economía en sus discursos, ¿por qué no nombró a un verdadero sabio, Silvio Gesell, quien demostró la inutilidad del modelo convertible, proponiendo que el Estado instaure el sistema de la oxidación monetaria para elevar la velocidad de circulación sin necesidad de inundar los canales circulatorios con una expansión monetaria exagerada que, para lo único que sirve, es para endeudar a los Estados con su propio Banco Central?
Dice el Sr. presidente, en el artículo mencionado, que la estabilidad es una pre condición para crecer y que la presencia sistemática del déficit fiscal y la inflación, junto con el endeudamiento y el desequilibrio externo, constituyen un cóctel explosivo. Nada más acertado. Pero si para lograr dominar la inflación se recurre al modelo de la destrucción de la economía, mediante el enfriamiento y la recesión, como consecuencia de la aplicación de políticas destructivas como el atraso cambiario, la apertura indiscriminada y las tasas de interés positivas, no luce como acertada la fórmula empleada y pone en tela de juicio la sabiduría de todos los autores nombrados por el titular del Poder ejecutivo.
Si un ser humano se enfermara y, para combatir la enfermedad lo debilitáramos y luego muriese, ¿resulta correcto decir que hemos logrado matar a la enfermedad porque recurrimos a la acción de debilitar y matar la enfermo? Y siguiendo con la analogía, ¿es lícito decir que se ha combatido la inflación tratando de imponer un modelo recesivo que destruye empresas y despide trabajadores destruyendo los tres motores que le dan vida a la economía (Inversión, Consumo y Exportaciones)? Los cadáveres no actúan en la demanda de productos y es sabido que la falta de demanda impide la suba de precios.
Consultada la inteligencia artificial del Google sobre ¿Cuántas empresas cerraron durante 2024?, contestó: “En ese año, se estima que cerraron entre 9.900 y 16.500 pequeñas y medianas empresas (PyMes) en Argentina. El cierre de estas empresas se debe a la caída del consumo del mercado interno y a la falta de exportación de bienes. Además, se perdieron más de 217 mil puestos de trabajo en las pymes, lo que las convierte en el sector más golpeado por las políticas económicas del gobierno de Javier Milei. En cuanto a otros sectores, se perdieron empresas en los servicios inmobiliarios y en la construcción”. Es dable agregar, según informa Pablo García que, entre las multinacionales que se fueron están: HSBC, Xerox, Crorox, Prudential, Nutrien, ENAP, Fresenius Medical Care y Procter &Gamble y, como consecuencia de la notable política financiera del Sr. presidente y de su ministro de Economía, la empresa Toyota aprovechó las “bondades” del carry trade y en la última semana del año 2024 despojó al BCRA de 600 MD de sus reservas. Bondades para Toyota y perjuicio para la Argentina. Con respecto al carry trade, fue el negocio que mejor prosperó durante el 2024. El 5/1/2025 Melisa Reinhold publica en La Nación que, con cotizaciones planchadas, los inversores que apostaron al peso tuvieron ganancias de hasta 176% en dólares mediante el carry trade. Sigue diciendo la periodista que el mérito de esta estrategia no provino tanto de tasas reales positivas sino del atraso del tipo de cambio. Está claro entonces que la política empleada desde la presidencia y el ministerio de economía sólo beneficia al capital financiero, despreciando al capitalismo industrial y sometiendo a la Argentina a un país proveedor de productos primarios con mano de obra barata.
También el Sr. presidente menciona que “Un trabajo reciente de Juan Pablo Nicolini, muestra que el sólo hecho de alcanzar el equilibrio fiscal asegura una tasa de crecimiento anual del 4,5% per cápita, esto es, en 15,6 años duplicaríamos nuestro PIB/c”. Pero esto es lo mismo que decir (en un ejemplo supuesto) que el consumo de pollos por cápita en Argentina es de 43 Kilos, pero nada dice que el 10% de la población pudo consumir 40 kilos y el 90% de la misma se tuvo que contentar con 3 kilos per cápita. Ergo, lo que el Sr. presidente no tuvo en cuenta es que el crecimiento del PBI medido sólo en forma cuantitativa no resulta suficiente para dar idea del progreso económico de un país, se necesita saber también cómo se compone ese PBI en forma cualitativa, porque no es lo mismo el de un país agrícola-ganadero como el nuestro, con escaso valor agregado, que el de un país industrial como China, con altísimo valor agregado y también se necesita saber cómo se distribuye esa riqueza, porque de nada vale para la economía de un país que solo se salven unos pocos y el resto padezca necesidades. La ignorancia es la madre de todos los errores.
En un posteo de 2019 en Twitter el Sr. presidente decía que “La deuda pública es inmoral, implica que la fiesta del gasto público sea financiado por generaciones que no solo no han votado, sino que no han nacido. Así la generación actual se roba los ingresos de generaciones futuras, por ende, un gobierno que endeuda, jamás podrá ser liberal”.
Pero lo que se escribe con la mano se suele borrar con el codo. En estos últimos días el BCRA anunció un préstamo de 1.000 MD de cinco entidades internacionales para reforzar las reservas, donde se pondrán “bopreales” como garantía bajo acuerdo “REPO” (Repurchase Agreement, o acuerdo de recompra). Este método inventa bonos y los vende con el compromiso de recomprarlos más caros en el futuro. Es decir, se consigue dinero hoy para solucionar alguna urgencia y mañana lo devolvemos con creces, asegurando ganancias fáciles para los acreedores financieros. Este método fue usado por el Sr Caputo en 2017 por us$ 6.000 MD con resultados nefastos para la Argentina y se vuelve a insistir en ello. De nuevo parece que nada se ha aprendido de lo ocurrido en la historia. Por cierto que no, puesto que el esquema del carry trade se aplicó con Martínez de Hoz, donde la deuda externa saltó de us$ 6.000 MD a us$ 45.000 MD.
En esa época, el presidente del Banco Central era el Dr. Adolfo Diz y su principal asesor era el Dr. Ricardo Arriazu, quienes armaron la ruinosa tablita cambiaria que posibilitaba la predicción del tipo de cambio frente a las altas tasas de interés, tal como lo relata el periodista económico Ezequiel Burgo en su libro Los 7 ministros, de Ed. Planeta, año 2011. El actual presidente y su ministro de economía siguen la misma política económica de entonces, lo cual nos hace predecir el resultado.
Claudio Zlotnik de IProfesional señala el 8/1/2025 que el Financial Times de Londres, un diario que defiende las ideas liberales, ha puesto el acento en la inflación en dólares que padece la Argentina y pone como ejemplo que una freidora de aire se vende por us$ 100 en EEUU y por us$ 289 en Argentina. Un vestido de Zara que se vende en us$ 25 en EEUU cuesta us$ 67 en nuestro país. ¡Los argentinos hemos permutado la inflación en pesos por la de dólares!, lo cual tiene su explicación en el atraso cambiario, denunciado también, nada más ni nada menos que por Domingo Felipe Cavallo. No puede decirse que tanto el Financial Times como el Dr. Cavallo no son liberales.
Esto significa que mientras el mundo (Europa y EEUU) devalúa su moneda y protege su industria, la Argentina, transitando un verdadero corso a contramano, revalúa su moneda y promueve la apertura, destruyendo lo poco que quedaba de la vapuleada “industria argentina”.
En resumen, tal como sucedió en la segunda parte de los ´70 todo el beneficio para el capitalismo financiero y todo el perjuicio para el industrial y otros sectores desprotegidos de la economía libertaria.
Para finalizar, un cuentito que bien podría ser una realidad en muchísimas familias argentinas: La esposa le dice al marido que tiene una buena noticia. En el supermercado los precios casi no se han movido, pero el marido le cuenta una mala: Los precios están aplacados porque los planchó el atraso cambiario que permutó la inflación en pesos por la inflación en dólares y también la apertura de la economía que está destruyendo las pocas industrias que quedaban luego de la masacre económica organizada en la segunda parte de la década del ´70 y durante la convertibilidad de los ´90.
Me acaban de entregar el telegrama de despido. ¿De qué sirve pagar más barato si no vamos a tener dinero para comprar?
Dr. Juan Carlos Vacarezza
Presidente Ejecutivo
Dr. Carlos Alberto Ragonesi
Secretario Ejecutivo