Estado de la situación

“Estaba sentado un día solo y triste, sin amigos,
cuando una voz se oyó sonando de las tinieblas que me decía
¡Arriba ese ánimo! ¡Las cosas podrían ir peor!
“Así que me levanté, muy animado
y ciertamente, la cosa me fue mucho peor.”
(De una viñeta de Caloi)

Hoy y aquí, en este mes de mayo de 2023 y en esta amada y dolida Patria, para los integrantes del campo popular, la situación no es fácil.

Es cierto que el gobierno que asumió en diciembre de 2019 a la herencia venenosa que recibió del macrismo, debió sumarle la pandemia, más tarde la guerra en Europa y más cerca la sequia.

Sin embargo, el mayor lastre ha sido el propio gobierno que ha sido incapaz de revertir las condiciones que al asumir recibió de la siniestra alianza montada por el Pro, una fracción descarriada de la Unión Cívica Radical (UCR) y la insignificante Coalición Cívica (CC).

Si uno mira en proyección histórica se aprecia que en 2015, el oficialismo hizo todo los posible para perder las elecciones.

Por supuesto que el poder concentrado aportó lo suyo (logró desgajar a Massa y su Frente Renovador (FR), responsabilizó a la entonces presidenta de la muerte del fiscal Nisman, apoyó descaradamente a los fondos buitres en su campaña contra la Argentina, por mencionar solo algunos ejemplos) pero la vacilación oficial con respecto a la consolidación de un liderazgo alternativo fue evidente y sus consecuencias casi irreparables .

No es poca cosa que la derecha, por primera vez en nuestra historia, llegara al gobierno por medio del voto popular. Por poco (por poquito, diría Néstor) pero llegó.

Y llegada al gobierno actuaron como si hubieran sido plebiscitados. Porque los gobernantes ricos tienen el poder además del gobierno. Por eso designaron miembros de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) sin intervención del Congreso, eliminaron retenciones sobre las exportaciones (es decir, redujeron los ingresos del Estado), devaluaron la moneda nacional, liberaron el mercado de cambios, contrajeron deuda en moneda extrajera para ¡hacer frente al déficit en pesos!, alentaron a que las empresa contrajeras deudas en el mercado internacional de capitales y cuando todo voló por los aires, lograron una “ayuda” del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 57.000 millones de dólares absolutamente impagable y recibieron mas de 45.000 millones de ese “crédito” que se fugaron al exterior como por aire de magia. Al país no le quedó ni una letrina…

En esa situación se produjo la elección que llevó al gobierno al Frente de Todos.

Para integrar ese Frente se sumó a la dirigencia original integrada por los sectores que responden a Cristina (35% de intención de voto) a un sector minoritario (¿1% de intención de voto?) que respondía a Alberto Fernández, que de esa forma accedió a la presidencia y logró sumar al FR (¿8% de intención de voto?) pero aunque resulte difícil de creer esa Alianza que logró impedir la reelección de Macri, vista otra vez en perspectiva histórica, aparentemente no acordó un programa de gobierno.

Solo así se puede entender que se renegociara la deuda externa pese a los vicios formales de su contratación (contra todas las normas del FMI, sin intervención del Congreso nacional) y sin la investigación de quienes y como la fugaron; solo así es creíble que unos pocos grandes grupos económicos dominantes tengan la capacidad no solo de imponer los precios a su antojo sino de ser capaces de manejar las variables macroeconómicas; solo así es comprensible que por la mal llamada “hidrovía” del Paraná se fuguen millones de dólares en exportaciones “subfacturadas” e incluso no declaradas; solo así es posible llegar al estado de cosas que imperan en el “qué hacer” de la política.

Estamos a pocos días de la necesaria nominación de candidatos para las PASO y no sorprende que, ante la desorientación reinante en el Frente de Todos, las provincias adelanten sus procesos electorales. Ya tuvieron lugar en Río Negro y Neuquén. Hoy se llevan a cabo en Jujuy, Misiones y La Rioja. Dentro de una semana habrán celebrado el acto en La Pampa, San Juan, Salta, Tucumán y Tierra del Fuego. Todos quieren escapar al laberinto electoral nacional y proteger sus feudos, que lo son gracias, a la últimas reforma constitucional acordada por Menen y Alfonsín.

Y en ese nivel nacional se perfila, en principio, un electorado dividido en tres tercios integrado por el oficialismo (por definición inclasificable), la oposición tradicional de derecha (los incalificables de siempre) y el sorprendente ascenso de un descelebrado con peluca (la extrema derecha, que no deja de codearse con los incalificables). Al menos este es el marco que aseguran encuestólogos y opinólogos que, en algunos casos, pronostican un leve crecimiento del voto por izquierda.

Y. en el oficialismo, existen circunstancias llamativas:

– un temprano renunciamiento de CFK a ser candidata, por su proscripción;

– una tardía renuncia a la reelección por parte del presidente, que no debe sorprender por que siempre “llega tarde donde nunca pasa nada”;

– un “operativo clamor” convocado por los más cercanos a la vicepresidenta para que renuncie a su renunciamiento;

– la aparición de candidatos alternativos, algunos (Masur, Scioli, Capitanich, De Pedro, Massa, Rossi, Grabois) contenidos hasta la definición de CFK y otros valientemente decididos como el cordobés Schiareti, que como prenda de distinción muestra a Bossio como jefe de campaña;

Pero vale tener presente una realidad, que como todo sabemos es la única verdad:

1) La situación de las mayorías hoy es peor que al 10 de diciembre de 2019;

2) El grado de movilización del conjunto social es muy inferior* que el que imperaba en la campaña presidencial de aquel año;

3) En el grueso de la población hay apatía cuando no bronca por las esperanzas frustradas;

4) Al energúmeno de la peluca lo votan hoy los que en el final de la Alianza ponían papel higiénico sucio en los sobres electorales;

5) Para ganar en primera vuelta se debe superar el 40% y distanciarse 10% del segundo;

6) En el ballotage las derechas siempre se suman.

7) Pero pese a todas estas variables negativas hay que seguir peleando para evitar un nuevo ciclo de neoliberalismo en nuestra Patria.

 

C&C, 11-05-2023

 

Compartir en: