El presidente ha decretado el fin de la recesión.
Su ministro de Economía agradece al pueblo la confianza en el cambio económico, institucional y cultural que lo ha llevado a “blanquear” más de veinte mil millones de dólares.
El riesgo país está por debajo de los novecientos puntos.
El dólar ilegal que había llegado casi a valer $ 1.500 ahora está en un poco más de $ 1.000 aunque cuando se lo quiere comprar las cuevas cobran un poco más.
Como si esto fuera poco, los eufóricos esperan el índice inflacionario del INDEC que, suponen, el martes próximo, será inferior al 3%.
La simultaneidad de tantos índices financieros favorables lleva a la euforia presidencial hasta tal punto que en su eterno despiste traslada lo financiero a lo económico y ya habla de la recuperación económica. La desmesura lo impulsa a ello.
Es en cambio llamativo como los sectores medios han sacado del colchón los viejos dólares y los han llevado a los bancos: el grueso de los “blanqueadores” son expresión del chiquitaje, tentado por legalizar tenencias sin pagar un mango, cuando se habla de menos de u$s 100.000.
Aún así, debo reconocer que me asombra esta actitud y es una elocuente manifestación del estado de ánimo de nuestra sociedad.
Que el riego país, que en el inicio de la gestión Milei estaba en 1935 y en sus primeros días de gobierno trepó a 2049, haya bajado no debe sorprender: este es un número para la gilada, lo produce JP Morgan y sus oscilaciones responden a las necesidades de los dueños de la Argentina. Es como si Joseph Lewis emitiera un dictamen sobre la conveniencia que el Lago Escondido, siga escondido.
La regulación del dólar ilegal se formaliza en un mercado que carece de transparencia donde se reúnen unos pocos delincuentes que manejan al antojo de los dueños del país la cotización. Ni siquiera la abundancia de moneda extranjera legalizada justifica estas variaciones.
Siempre que llovió paro y siempre que el dólar se achicó terminó volando por el aire.
En lo que se refiere al costo de vida, más allá de las posibles inconsistencias, mueve a risa que estos energúmenos digan que están ganando la batalla contra la inflación, cuando en diciembre pasado la llevaron a la cima.
Pero, en toda esta trama, debe tenerse en cuenta que el proyecto de país proviene de lo que hemos mencionado como los dueños de la Argentina: son ellos quienes impulsaron a este personaje que da vergüenza; son los estudios contables y legales que los asesoran quienes han redactado las leyes luego sancionadas por el gobierno, con el apoyo de miserables miembros de las Cámaras; son ellos los grandes beneficiarios de esa inflación desatada; se siguen beneficiando con la concentración de la economía; quieren reducir a nada los derechos de los trabajadores; piensan apropiarse (en conjunto con fuertes grupos financieros internacionales) de las riquezas naturales de nuestro país; aspiran nuevamente a privatizar (es decir volver a apoderarse) de los servicios que debieran ser públicos. No es un secreto para nadie: ¡Vienen por todo!
La maniobra que falta es tratar de hacer cosmética con las variables económicas (salarios, ocupación, precios) para engrupir a la gilada y hacerle creer que llegó el momento de mejoras y si la cosa resulta creíble ganar las elecciones de medio término en el 2025 al galope.
Hay que convencerlos con la motosierra, la casta, el déficit cero o cualquier otra tontería que se le ocurra al demente de turno.
El gobierno de los dueños del país está dispuesto a prestarle esos servicios a sus mandantes y muchos más.
Ya están anunciando que con las mejoras en las variables financieras se podrá pagar la deuda con…¡nueva deuda! Vivan las refinanciaciones y con ellas las comisiones para los intermediarios que nunca faltan.
Lo sabemos desde el nacimiento de la Patria: muchos intermediarios, tal como lo describió Scalabrini Ortiz, se beneficiaron con el empréstito de la Baring Brothers. Mister Temperley, entre ellos.
En esas instancias, los dueños de la Argentina aprovecharán los nuevos dólares para seguir fugando todo lo posible (y lo imposible) al exterior. Para incrementar los activos externos.
Pensar que estos imbéciles se jactan de lo recaudado en el blanqueo (un poco más de veinte mil millones) y esos pasivos externos suman mas de ¡cuatrocientos mil millones!
No es la primera vez que hablamos de los dueños de la Argentina y en muchas ocasiones le hemos puesto nombre y apellido a estos personajes. Hay mucha bibliografía sobre el tema, desde el espacio liderado por Eduardo Basualdo hasta algunos miserables que hoy defienden los intereses de ese sector e hicieron sus primeros pasos, como Luis Majul, hablando precisamente de los dueños de la Argentina.
Con la ayuda de Horacio Rovelli proponemos actualizarte en el tema.
Seguinos si podés.
– En el rubro ACERO, el Grupo Techint oportunamente se hizo dueño de SOMISA y hoy detenta el monopolio en el sector (100%);
– Otro tanto hace ALUAR en el rubro ALUMINIO;
– El TRANSPORTE DE GAS está monopolizado por Transportadora Gas del Norte (TGN), integrada por Techint y Eunekian y Transportadora Gas del Sur (TGS) donde conviven Pampa y Energía, BlackRock, Joseph Lewis, Marcelo Mindlin, familia Sielecki y familia Werthein. Entre todos concentran el 100%;
– El TRANSPORTE DE ELECTRICIDAD está monopolizado por Transener Compañía de Transporte, y Energía Eléctrica Alta Tensión (Pampa y Energía);
– Loma Negra, Holeim, Cementera Avellaneda y Petroquímica Comodoro Rivadavia concentran el 100% de las CEMENTERAS;
– Las TELECOMUNICACIONES están monopolizadas por Telefónica de Argentina, Clarín y Claro;
– En el PETRÓLEO Y el GAS prevalecen YPF, Total Austral, Pan American Energy (PAE), Petrobras, Pluspetrol, LFG Company, Tecpetrol, Apache y Chevron. Juntas llegan al 100%;
– Las COMERCIALIZADORAS DE CEREALES, OLEAGINOSAS Y SUBPRODUCTOS AL EXTERIOR, están en un 90% en manos de Cargill, Viterra S.A. (ex Vicentin), Glencore (ex Oleaginosa Moreno), COFCO (de origen Chino), Bunge, Aceitera General Deheza; ADM, Dreyfus, ACA y Molinos Agro (Perez Companc);
– En el rubro INDUSTRIAS QUE FABRICAN ALIMENTOS Y BEBIDAS, entre Arcor, Molinos Río de la Plata, Danone-La Serenísima, Adecoagro, Ledesma, Nestlé, Molino Cañuelas, Coca-Cola, Morixe y a lo sumo otras diez empresas concentran el 80% de la producción;
– Las DISTRIBUIDORAS DE ELECTRICIDAD como Edenor (Vilas-Manzano-Filiberti), Edesur (grupo italiano ENEL) y Edelap (Rogelio Pagano, ex socio de Mindlin) acaparan el 75%;
– Las VENTAS DE CARNES AL EXTERIOR, QUE INCLUYEN CUOTA HILTON Y CUOTA 481, están concentrada en un 66% por Frigorífico Swif (Brasil), Grupo Marfrig (Brasil), Arre Beef, Friar (ex Vicentin), Frigorífico Rioplatense (Constantini), Compañía Bernal, Importadora y Exportadora de la Patagonia, Azul Natural Beef, Santa Gulia, Rafaela, Frigolar, Logros y Runfo;
– Coto, Carrefour, Cencosud, La Anómina y Chango Más reúnen por lo menos el 60% de las CADENAS DE VENTA;
– y dejamos para el final la incógnita de las MINERAS, DONDE PODEMOS MENCIONAR A Barrik Gold, Glencore (dueña de Viterra, donde participa BlackRock), Yamana Gold, Anglo Gold, Mining Corporation y Shandong Gold. Decimos que son una incógnita porque no existen datos ciertos sobre todos ellos (que la Patria perdone a quienes gobiernan en sus jurisdicciones).
No lo dudes: este es el poder real de la Argentina; estos son los verdaderos mandamases, el resto es cartón pintado.
Sin un proyecto que liquide el poder de estos tipos es imposible una salida nacional. Porque entre estos tipos y yo, y vos, y nosotros ¡hay algo personal!, como solía decir el catalán.
Fuente de la imagen: Suplemento Radar, Página 12.
10-11-2024