En el comentario de la semana pasada nos sorprendía la falta de referencias concretas a las primarias abiertas simultaneas y obligatorias (PASO) y sus consecuencias electorales.
En los últimos días ya no nos sorprendió una actitud similar en lo que uno considera medios de expresión importantes.
En “El Diplo” (agosto/23), José Natanson dedica un trabajado editorial a… “Barbie” y, en el dossier sobre el regreso a los valores autoritarios en nuestro país, el peronólogo y ex asesor presidencial de Alberto Fernández, Alejandro Grimson, se lamenta de los apologistas de la dictadura y aquellos que enfocan su propaganda en promesas de represión estatal; Ernesto Calvo, profesor de la Universidad de Maryland (EE. UU.) aborda las modalidades del lenguaje autoritario y la historiadora Marina Franco desarrolla las urgencias actuales que, a 40 años de la transición, socavan el sentido de la democracia y ponen en crisis su legitimidad como nunca antes. De las perspectivas electorales nada.
En “Crisis” (julio-agosto/23), se comenta la decisión de cancelar la precandidatura de un hijo de la generación diezmada para ungir a un vástago del menemismo, particularmente “arribista”, para tranquilizar a los poderes fácticos. Pero de las implicancias de las PASO tan solo se limitan a expresar que “el 13 de agosto, cuando la población se exprese en las urnas, sabremos si la operación denegatoria (del establishment) resulta eficaz o el malestar de la demanda encuentra causes imprevistos”.
Pero quienes se animan a indagar encuestas (con todas sus limitaciones) y estados de ánimos (con todas sus evidencias) dan lugar a alguna interpretación aproximada a la realidad.
“BuenosAires/12” (04.08.23) titula “Kicillof se afirma en las encuestas” pero la nota informa que para la firma CIGP, Kicilof toca el 34% de los votos, en tanto que Santilli (por Larreta) el 23 y Grindetti (por Bullrich) solo el 10,3, en tanto que la opción libertaria alcanza 7,5%. Los indecisos suman el 8%. Otra fuente, la consultora que encabeza Santiago Giorgetta, adjudica al gobernador el 38%, a Santilli el 19% y a Grindetti el 16%. Falta computar a los libertarios.
En “Página/12″(05.08.23), una nota de Raul Kollman, donde refiere la última encuesta de CEOP, que lidera Roberto Bacman, pese al título (“Massa, el más votado; Bullrich Larreta, parejos”), revela que el binomio Bullrich-Petri alcanza el 17,2% en tanto que Larreta-Gerardo Morales solo el 15,8%. Es decir que entre ambos suman el 33%. Por su parte en Unión por la Patria, Massa-Rossi cuentan con el 24,4% y Grabois-Abal Medina el 5%, lo que hace un total de 30,4%. En este caso a Milei-Villaruel le adjudican un 18,3%. Otros candidatos (Moreno, Schiarettti, las izquierdas) suman el 4,6% e indecisos casi el 14%.
Si efectivamente estos guarismos se confirman en las PASO, en verdad la gran encuesta verdaderamente confiable, las primarias en la provincia de Buenos Aires no se plantean fáciles para el oficialismo porque si Santilli (casi seguro ganador de la disputa de Juntos por el Cambio) suma a Grindetti y eventualmente cuenta con el apoyo libertario, como la elección se resuelve en las generales de octubre podrían de llegar a imponerse.
En el orden nacional, todo parece indicar que no existe un candidato capaz de logar el 40% de los votos y superar con una diferencia del 10% a su inmediato contendor y ello conduciría a un ballotage donde si la derecha su amucha podría ser electa.
En la edición de “El Cohete a la Luna” (06.08.23) Horacio Vertbisky afirma que “los analistas de la campaña de Massa se ilusionan con la posibilidad de que sea el candidato más votado en las PASO, ya que los libertarios parecen estancarse y JxC está muy dividido entre las dos alternativas”. En referencia a Grabois-Abal Medina, agrega que tiene una débil competencia interna, a quienes califica como dos intelectuales de clase media interesados en las relaciones laborales, pero agrega que “hay coincidencia de lo milagroso que sería una victoria del ministro de Economía mientras los precios vuelan y el FMI presiona por políticas estanflacionarias…”
De cualquier manera, resta saber que puede pasar entre el 13 de agosto y el hoy lejano mes de octubre porque en ese periodo en la Argentina puede pasar de todo.
De no surgir alteraciones importantes en ese lapso el resultado parece estar cantado. Si así fuera, independientemente de quien resulte finalmente electo habrá que prepararse para la ofensiva de la derecha que asegura que viene por todo y más.
Quien debe prepararse es el Pueblo que deberá estar dispuesto a defender sus derechos y sin duda sería más provechoso que pudiera encarar esa actitud en el acto electoral para impedir un nuevo ciclo de neoliberalismo en nuestra Patria.
05-08-2023