Llamado

En general, a este tipo de propuestas se las denomina “llamamiento”. Pero en la Argentina debemos ser cuidadosos de todo lo implique la posibilidad de mentir. Por esa atendible razón el título es solo un llamado.

¿Y a quien llamo?

A todos mis hermanos, los compañeros, los amigos de esta compleja travesía que debemos realizar por estos lugares y este momento histórico en nuestra hermosa Patria, sin distinción de ideologías, creencias religiosas, posiciones políticas, diferencias de género o generacionales.

Nací hace muchos años y alcancé a conocer un país donde se vivía bastante bien: se educaba, se cuidaba la salud de la gente, salvo excepciones todos los hombres trabajaban, muchos podían aspirar a una casa propia, las casas de altos estudios albergaban a los hijos de los trabajadores, la vida sencilla acompañaba la sencillez de la gente, no había “personas en situación de calle” como de manera supuestamente elegante se llama a la gente que está tirada a la basura. A nadie se le ocurría ahorrar en dólares aunque también existía la inflación y viajar al exterior era una quimera. La radio era el único medio de comunicación y a partir de 1951 la televisión fue un lujo para pocos. La telefonía tenía un rol reducido en la comunicación e imperaba el correo como forma común de hacerlo a la distancia y las mateadas entre vecinos en los frentes de las casas o las juntadas para el truco en el boliche del barrio, para las relaciones cercanas.

Pero ha pasado mucha agua bajo los puentes y como no podía ser de otra manera los usos y las costumbres han cambiado. En aquellos años los cambios culturales costaban generaciones. Con la tecnología que disponemos hoy todo cambia rápidamente.

Por esa razón necesito hablarles a los compañeros de mi añeja generación y a todos los que la siguen, porque ninguno es ajeno a este llamado que pretende serenar los ánimos, contener tantas preocupaciones, saber donde estamos y tratar de acordar a donde deberíamos ir.

La mayor equivocación que estamos cometiendo es no aceptar las lecciones de nuestra historia. Muchos quizá ni la conozcan porque hay interesados en ocultarla y, cuando pueden, desvirtuarla, para que los Pueblos tropiecen siempre con la misma piedra.

Nuestro país no es un país pobre. Por el contrario dispone de enormes fuentes de riqueza: está dotado de una extensión que le permite disfrutar de casi todos los climas. posee un litoral marítimo enorme, su pampa húmeda le ha permitido desde siempre ser uno de “los graneros del mundo”, en sus entrañas y en la plataforma continental marítima tiene importantes recursos minerales, somos depositarios de tantas bellezas naturales que parece un milagro semejante concentración y diversidad de paisajes, los aportes en materia científica y técnica son reconocidos a nivel internacional, nuestra mano de obra es altamente calificada, pese a muchos años de maltrato en la mayor parte de su de su población existe una buena predisposición al trabajo. Pero…

  • acumulamos un enorme porcentaje de ciudadanos sumidos en la pobreza, no menos del 40% y otros en la indigencia, alrededor del 10%;
  • existen bolsones de extrema pobreza que impulsan al desprecio de la vida, el consumo de drogas y la delincuencia;
  • la corrupción se ha generalizado y hay mafias instaladas en diversos sectores de la sociedad e incluso en instituciones de la República:- hay no más de doscientos grupos económicos dominantes que manejan a su antojo las variables macroeconómicas, concentran enormes riquezas y limitan el rol regulador y ordenador que debería ejercer el Estado (es decir, todos nosotros);
  • estos sectores minoritarios se posicionaron con la dictadura que desalojó el gobierno a Íllia (1966-1973), consolidaron con la última dictadura militar (1976-1982), expandieron durante el gobierno “peronista” de Menem y “radical” de la Alianza (1988-2001) y fueron el poder mismo en la gestión de Macri (2015-2019), cuyo acceso al gobierno por el voto popular aún me duele;
  • hasta 1976, con altibajos, crisis, derrapes, enormes desencuentros, algunos muy graves, la Argentina era el país mas integrado de América Latina. En el mundo occidental, después de la segunda gran guerra (1939-1945), para frenar el avance del socialismo, se impuso el “estado del bienestar” y en ese marco Argentina creció y mejoró ostensiblemente la situación de su Pueblo;
  • la última dictadura, ante la radicalización de las luchas, decidió “comerse a los caníbales” y simultáneamente destruyó el aparato productivo en lo que hace a la pequeña y mediana empresa, relegando la actividad industrial por considerarla la fuente del sindicalismo;
  • ese gobierno y la mayor parte de los grandes grupos económicos se endeudaron en el exterior y un sinvergüenza que ejerció la conducción del Banco Central (Domingo Cavallo) impuso un “seguro de cambio” que transformó la deuda privada en pública y durante la transición democrática (Alfonsín, 1983-1988) se decidió que la Nación se hiciera cargo de tamaña estafa;
  • la desaparición forzada de personas (ninguneada por todos los medios de prensa e ignorada por la mayoría de la población) primero; la hiperinflación que azotó a la economía y la desocupación después, además de la traición de la dirigencia, obligó a la sociedad a aceptar lo inaceptable (la liquidación a precio vil de las empresas del estado; la apertura del comercio exterior; la libre disponibilidad de las divisas; la llamada “convertibilidad” que multiplicó la deuda e implantó las bases de una economía bimonetaria. Es decir, aceptación de todas las reglas del “Consenso de Washington”) hasta un momento en que todo voló por los aires (diciembre 2001);
  • pero siempre que las cosas vuelan por los aires el mayor perjuicio (y los muertos) lo padecen los sectores populares. Para la dirigencia concentrada las crisis son siempre generadoras de ganancias extraordinarias;
  • la experiencia de gobierno directo de los ricos, llevada a cabo por Macri, endeudó al país nuevamente en dólares. Primero con inversores privados, con quienes ¡financió el gasto público en pesos!, en mas de 100.000 millones de dólares y luego con el Fondo Monetario Internacional con aportes fuera de control con los que intentó ganar las elecciones, en mas de 42.000 millones de la misma moneda. Gran parte de esa masa de divisas fue fugada al exterior, como antes, en el endeudamiento de la dictadura y de los gobiernos Menem;
  • la oposición en aquel momento (2019), el Frente de Todos, se impuso en las PASO por más de 14 puntos y debió consolidar su triunfo en la primera vuelta electoral con similar margen pero le permitió al oficialismo recuperarse y luego, ya en el gobierno, no llevó a cabo las políticas prometidas en la campaña electoral (mejorar la distribución del ingreso, investigar la deuda externa y su fuga, recuperar áreas de soberanía, promover el mercado interno, fuente de movilización social en cualquier país) y ni siquiera buscó el origen de la mala praxis del gobierno anterior.

¿Cuál es el estado de las cosas a hoy?

La mayor parte de la ciudadanía esta desmoralizada. Vivimos una realidad insoportable. Las expectativas de futuro muy debilitadas. El compromiso con la sociedad es casi nulo. La falta de proyectos y sueños se impone.

En estos términos no pueden vivir los que viven mal y me cuesta creer que puedan vivir los que viven bien. Casi podríamos repetir la expresión de que por lo menos la mitad de la población no come bien pero la otra mitad, la que come bien, y algunos muy bien, casi no duermen por miedo a los que no comen bien. Y si pueden dormir, son muy ciegos…

Ello es consecuencia de una clase dirigente mediocre, decadente, despreciable, que no puede conducir a nadie porque carece de valores y lo único que la preocupa es preservar su rol y sus intereses: la dirigencia económica es extranjera cuando no cipaya y solo atina a su enriquecimientopersonal, alejada de proyectos de grandeza para la Nación; la dirigencia política en su inmensa mayoría es funcional a los intereses de esa clase dominante cuando no sus directos representantes; la dirigencia sindical, apoltronada en sus cargos desde décadas, está totalmente alejada de los intereses de sus representados; una parte de la dirigencia de los movimientos sociales se ha burocratizado.

En consecuencia hay que volver a las fuentes: hay que volver al Pueblo.

Y vuelvo a repetir que el Pueblo, todos mis hermanos, nosotros estamos en un laberinto cruel. Desde siempre, el poder ha tratado de conquistar a los enormes sectores medios de nuestra sociedad. Para ellos es el mensaje reiterado hasta horadar la mente sobre los marginales, los pobres, los que no quieren laburar, los pueblos originarios, las madres que se embarazan para cobrar la Asignación Universal por Hijo (AUH). Se repite hasta el hartazgo que ellos son responsables de los apremios económicos del país. A ellos se destinan subsidios y dádivas que impiden que los números de la economía cierren. Sistemáticamente, a cada momento, afirman que la legislación social que protege a los trabajadores debe ser abolida y el sistema previsional debe modificarse porque ambos también atentan contra los números del presupuesto. Los repetidores de mentiras sostienen que se deben reducir los impuestos en lugar de expresar que los mismos deben ser aplicados a las grandes fortunas y a quienes mas ganan, de manera progresiva.

Son los mismos que en la década de los años 80 sostenían hasta el cansancio que era indispensable privatizar los servicios públicos porque el Estado era mal administrador. Impusieron una consigna que aseguraba que “achicar el Estado permitiría engrandecer la Nación”. Pacientemente estos embaucadores se quedaron con la luz, el gas, el agua, la línea de bandera, los ferrocarriles, las rutas, ¡YPF!… En definitiva, se hicieron dueños del capital acumulado durante un siglo por la sociedad que integramos todos los argentinos.

¿No es evidente esto? ¿No está a la vista de todos los que hemos vivimos estas fechorías?

Los responsables de tamaño embuste son los mismos que hoy anuncian querer privatizarlo todo de nuevo. Están decididos a entregar las riquezas que nos quedan para beneficiar a un grupo reducido de aprovechados. Aseguran que lo harán con mayor profundidad y más rápido. Olvidarse de la posibilidad de explotar el litio, otros minerales, el petróleo en la cercanía de Mar del Plata o procurar ingresos da través de Vaca Muerta. Todo lo quieren para ellos.

¿No es evidente esto? ¿No está a la vista de todos quienes somos testigos de estas nuevas maniobras?

Me voy a permitir soñar. En realidad, proponer, suponer, sugerir, insinuar un programa de gobierno apoyado por todos, hermanados en la búsqueda de la grandeza de nuestra Patria y el bienestar del conjunto de la sociedad que integramos para cambiar la matriz productiva que han impuesto los sectores dominantes, es decir, dejar de ser un país meramente extractivista, agropecuario, financiero y exportador, donde el rol del Estado (a falta una burguesía nacional) promueva políticas importantes como promover la sustitución de importaciones, mejorar la composición de nuestras exportaciones y ser el proveedor de financiamiento vía la obtención de divisas. Para llevar adelante esta iniciativa debemos:

  1. Suspender la totalidad de los compromisos existentes con acreedores privados u organismos internacionales de crédito, especialmente con el FMI, hasta tanto no se haya investigado el origen de todas ellos, ante claras evidencias de su indebida contratación, la existencia de fuga de divisas al exterior y la presunta evasión impositiva de numerosos grupos económicos locales e internacionales;
  2. Nacionalizar el comercio exterior;
  3. Establecer la emergencia cambiaria y declarar sujeto a embargo todo activo, en territorio nacional o aún en el exterior, que no esté debidamente justificado;
  4. Segmentar las retenciones a las exportaciones agropecuarias, según la capacidad y extensión de las superficies productivas;
  5. Recuperar la plena soberanía sobre el río Paraná la administración de todos los puertos;
  6. Habilitar las obras necesarias para poner en funcionamiento el canal Magdalena;
  7. Modificar la legislación minera, las concesiones petroleras y gasíferas, asegurando el cuidado del medio ambiente;
  8. Promover la nacionalización de todos los servicios públicos, con participación y control de los trabajadores y usuarios;
  9. Creación de una Empresa Nacional de Alimentos y otra de Medicamentos, con participación de organismos afines, representantes de universidades públicas y usuarios para disponer de una empresa testigo sobre las que actúan en el mercado;
  10. Modificar el signo monetario estableciendo la vigencia de un nuevo “peso” sustentado en las riquezas del país y prohibir en el territorio nacional la cancelación de deudas en divisas entre residentes;
  11. Establecer el control de costos de las empresas fijadoras de precios en el mercado local;
  12. Creación de una empresa nacional para la explotación del Litio, con participación de las provincias y control de los trabajadores;
  13. Convocar a una Asamblea Constituyente para modificar la carta magna previo amplio debate con participación de la ciudadanía y posterior plebiscito para hacer efectiva su vigencia. No tener miedo a que el Pueblo delibere y se exprese;
  14. Sanción de un nuevo régimen tributario reduciendo los impuestos al consumo y fijando impuestos progresivos a la renta y el patrimonio. Quien más gana y quien mas bienes posee debe tributar más.
  15. Sostener como prioridad nacional la recuperación de nuestros territorios ocupados (Malvinas e islas del Atlántico sur), prohibir la existencia de dominios extranjeros en zonas de frontera o estratégicas y grandes extensiones territoriales.

Claro…, habrá quien piense que este es un libreto “movilizacionista, unificador y voluntarista.. Y sí, lo es. Mas aún: habrá quien piense que todo esto no se compadece con la realidad.

¡Si nos decidimos, seremos capaces de construir una nueva realidad!

Siempre Temperley, abril 3 de 2023.-

Cualquier comentario u observación sobre este “Llamado” hacelo llegar a propuestas@cuentasycuentos.com.ar

 

 

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