La obra que se inauguró el 9 de julio tiene varios significados. Por un lado es una megaobra encarada por Enarsa, empresa estatal; se lleva a cabo en tiempo récord. Se propone como posiblidad ser más que una obra para el autoabastecimiento y con este gasoducto iniciar una etapa exportadora de energía.
La distancia en el tiempo es mucha y también lo es en la proyección, en el año 1949 el general Perón inauguraba el primer gasoducto desde Comodoro Rivadavia hasta Buenos Aires (Llavallol) para traer a la gran urbe el gas que se venteaba en el Sur. La intención era proveer de energía a la población, pero también brindar energía a precio competitivo a la industria que con gran potencia se desarrollaba en esa época.
Sin duda el primer paso en este camino de aprovechar un recurso natural fundamental como el petróleo, fue dado por el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen, creando YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) en su primer gobierno, impulsado por el General Mosconi que le lleva a Yrigoyen la idea de crear una empresa estatal para contar con ese insumo estratégico de manera segura. Una experiencia personal de Mosconi lo puso en ese rumbo: solicitó nafta para aviación para unos ejercicios de práctica y la empresa extranjera le exigió el previo pago.
YPF fue una empresa modelo en su época, integrada verticalmente, abarcaba todo el proceso productivo desde la exploración y extracción, con destilerías propias, distribuia y vendía el producto terminado a los consumidores en sus propias estaciones de servicio. El modelo de empresa fue copiado y exportado. A Mosconi lo consultaron de otros países de la región luego del golpe de estado de 1930 que desplazó a Yrigoyen del gobierno y a Mosconi lo dejaría sin trabajo en nuestro país.
En los años 50 y 60 del siglo pasado se discutía la conveniencia de apurar la explotación del petróleo ya que en algún tiempo se terminaría su existencia o en su defecto sería reemplazado, lo que no se hiciera rápido haría perder la posiblidad de obtener el beneficio de su aprovechamiento. Todavía tiene vigencia su utlización aunque siempre con dudas por el tiempo que le queda como insumo fundamental para la provisión de energía.
El gasoducto encarado por Perón en su primer gobierno era parte del primer plan quinquenal y de todo un proyecto en el cual la ampliación del mercado interno estaba en el centro del desarrollo y con esta obra y otras muchas encaradas en ese tiempo se profundiza la industrialización por sustitución de importaciones aprovechando los recursos naturales como el petróleo, pero también el recurso humano. De ahí la cantidad de trabajadores que en busca de mejores condiciones de vida se fueron mudando a la Capital Federal y sus alrrededores. El siglo XX puede dividirse teniendo en cuenta que pasaba con el petróleo, a nivel local y mundial y para nosotros YPF ocupa un lugar cental.
En la década de los 90 del siglo pasado se tomaron otros rumbos: el Neoliberalismo con el “Consenso de Washington” auspiciando las privatizaciones, impactó en todo el mundo y también entre nosotros. Desde el primer gobierno de Carlos Menem (1989/1995) no se construyeron más gasoductos troncales, Gas del Estado fue privatizada, tambien YPF, dándose la curiosidad de ser Repsol, como titular de YPF una empresa petrolera de un país – España- que no tenía ese recurso.
La relación entre el estado Argentino y Repsol fue variando de acuerdo a quienes ocupaban el gobierno; sus ganancias eran importantes pero no invertía. En la industria del petróleo las ganancias son muy grandes, la recuperación de la inversión es muy rápida salvo en la exploración, etapa en la cual los gastos son cuantiosos y el resultado puede ser negativo. Repsol prácticamente no llevaba a cabo ninguna búsqueda de nuevos yacimientos, se dedicaba a explotar los ya existentes. Con este desempeño las perspectivas de autoabastecimiento para el país eran por un tiempo cada vez más corto.
Durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner se recupera para el estado a la empresa YPF, en el 2012 y vuelve a explorar potenciales nuevos yacimientos. En estas condiciones se descubre Vaca Muerta en la provincia de Neuquén. Las inversiones necesarias son muchas, pero ahora con la información cierta, esas inversiones tienen un seguro beneficio.
Las consecuencias por el nuevo descubrimiento es la inserción de nuestro país en el comercio mundial como proveedor de energía. La titular del ministerio de minería Royon señaló que el aumento de producción será del 30% y además de lograr el autoabastecimiento reduciendo significativamente el gasto de importar gas para el invierno, también se podrá llevar el fluido a los mercados regionales mejorando nuestra balanza comercial tan necesitada de dólares.
La obra pública está siempre sometida a escrutinio, afecta el gasto y eso impacta en el déficit. Además es el estado el que contrata a las empresas privadas que la lleva a cabo. Por eso son miradas con lupa y las sospechas nunca son del todo disipadas. La empresa involucrada en el gasoducto Nestor Kichner es una (o la más grande) de nuestro país Techint, aunque su casa central no está en la Argentia y también ha abierto fábricas en los EE.UU. y tiene previsto hacerlo en Mexico. Es decir que en torno a este tipo de obras siempre hay ruido, pero la obra queda y puede ser muy útil a la población.
La obra ya estaba prevista en el gobierno de Cristina Fernández, pero fue postergándose, llegado el gobierno de Mauricio Macri; se avanzó muy poco debido a que algunos intentos de concretarla fallaron, además de la intervención del FMI que se preocupa por como y en que se gasta. Se vuelve al tema sobre el final del gobierno de Alberto Fernández. Tan al final, que sus beneficios se comienzan a ver este año pero sera el próximo 2024, con un nuevo gobierno, cuando impactará de modo contundente.
Ricardo Grosso
Julio 2023