En la recta final

Ya en “tierra derecha”, que es como se llama en las carreras de caballos a esos metros finales por la disputa del premio, la sociedad argentina vive la expectativa de las elecciones presidenciales. La economía parece convulsionar al ritmo del precio del dólar y el precio de los bienes, la inflación.

Se sabe que el precio del dólar, de acuerdo al momento que se viva, puede tener particularmente varias causas. Esta vez, las declaraciones recientes de Milei azuzan su precio, y termina echando más leña al fuego. Así, analistas hablan del dólar Milei, que dijo que si el dólar sube es bueno para poder concretar su plan de dolarización. Hasta Patricia Bullrich, que hasta hace poco se sacaba fotos amistosas con él, dijo que con ello estaba agitando la corrida cambiaria. Y no le falta razón, Milei fue el más votado en las recientes PASO.

Una segunda fuente de inestabilidad se asocia a la cuestión de las llamadas Leliqs y a las ideas de entender el problema y las formas en que se piensa su solución. Por supuesto, la forma de exponer es la idea de una bomba que está -siempre- a punto de estallar. Las Leliqs son pasivos del Banco Central con los Bancos. El Banco Central le dice a los bancos: “si vos recibís 100 pesos de un plazo fijo, dámelo a mí, yo te doy una Leliq por 100 más una tasa de interés, pero vos tenés que pagar al depositante una tasa de interés mínima, que yo, banco central, fijo”. Entonces así, se han generado unos 20 billones de pesos. La composición de cartera de los bancos es de 35 billones y 12 son préstamos al sector privado y 20 son esos plazos fijos respaldados en Leliqs. Representan un excedente en pesos que no logra colocarse en préstamos al sector privado que impulsen la inversión y el crecimiento.

La forma en como los candidatos asoman una solución a este tema es: Uno, provocando una hiperinflación que licúe las tenencias de Leliqs, con la consiguiente afectación de las condiciones socioeconómicas de la población argentina, idea a la que parece alentar Milei. Dos, un plan tipo Bonex, colocando un bono a mediano, largo plazo con todas esas Leliqs y por ende provocando la indisponibilidad inmediata de los plazos fijos de los ahorristas, con lo que se azuza la corrida bancaria; y Tres, con la idea de generar un gobierno de unidad nacional que retome la producción y el crecimiento y con ello se genere demanda de crédito y dinero para proyectos productivos, es decir, se recupere la demanda de dinero, y que se vaya paulatinamente disminuyendo la suscripción de Leliqs y su proporción en el total del pasivo del BCRA.

Hay mucho en juego en estas elecciones y por eso las opciones Milei – Bullrich apelan a diferentes formas de provocar miedo y pánico social que profundice el frágil momento económico que se vive, luego de la experiencia macrista que dejó el lastre de la deuda con el FMI y la atribulada experiencia de Alberto Fernández, que afrontó pandemias, guerras internacionales y sequía, pero que no tuvo el temple para imponer la disciplina en el orden económico a través de la acción del estado. Un desafío que todavía persiste, pero con una situación económica que sigue degradándose y que paradojalmente exige más proyecto nacional, más iniciativa de lo público, más energía para defender los intereses nacionales y replegar las apetencias depredadoras de una clase dominante que tiene sólo un proyecto excluyente de las mayorías.

 

Sergio Carpenter
08-10-2023

 

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