Cómo sigue la historia

Si se miran los últimos acontecimientos se llega a la conclusión que quienes se propusieron complicar a Juntos por el Cambio (JxC) con la aparición de un monstruo mayor terminaron desatando fuerzas ocultas de la sociedad.

En una lejana columna de “Página/12” Mempo Giardinelli supo anticipar que más allá del resultado de las primarias, para el ballotage, la suma de La Libertad Avanza (LLA) con JxC aseguraría el triunfo de la oposicion. La conclusión era tan elemental, tan sencilla, tan aritmética… que costaba verla.

El triunfo de Milei no fue ajustado como el de Macri en 2015 (menos de 2 puntos). Ganó por una diferencia de 11 puntos, se impuso en 20 provincias. Para un ballotage fue muy amplio y a partir de allí se verán las consecuencias.

Es cierto que para ello debió contar con el apoyo de Macri y sus núcleos duros pero contó con el apoyo de ese electorado.

También que apenas aseguraron el triunfo prevaleció el criterio de correr a auxiliar al ganador, no sin dispuitas internas por ejercer la supremacía en los cargos más relevantes, es decir, aquellos que administran el poder y seguramente “las cajas”.

El gobierno y el oficialismo en general se ha llamado a silencio. Ni que hablar de autocrítica.

Entonces, volvemos al principio: ¿cómo sigue la Historia?

Pese al éxito Milei soporta algunas incomodidades: no tiene ningún gobernador, ni un intendente y su representación parlamentaria es mínima. Para gobernar deberá realizar alianzas.

Su plan de gobierno, más allá de algunas excentricidades (dolarización, liquidación del Banco Central, venta de órganos, libre portación de armas), abreva en el Consenso de Washington y en consecuencia, es funcional al Fondo Monetario Internacional (FMI), a los sectores concentrados de nuestra economía y sobre todo a los mayores inversores internacionales, con su mirada puesta en las riquezas naturales de la Argentina (Vaca muerta y otras importantes reservas de hidrocarburos, el litio y diversos minerales raros, las reservas de agua).

En los dos ballotage “padecidos” por los sectores populares (2015 y 2023) se puso en evidencia el alto y espontáneo grado de participación de las bases, bien desde abajo. En la primera, cuando se advirtió el peligro que implicaba Macri, pese a las dudas que muchos tenían con Scioli, esa militancia logró que se perdiera por muy poco. La dirigencia tuvo una actuación pasiva. En estos días, nuevamente, pese al rechazo que en muchos podía generar Massa, se hizo un gran esfuerzo por tratar de imponer su candidatura ante la horrible caricatura del adversario. Nuevamente, fuimos derrotados.

En verdad veníamos derrotados desde antes: el nuestro era un gobierno indefendible.

Es imprescindible “volver a empezar”.

El Pueblo debe saber de que se trata.

Como en los albores de nuestro nacimiento como Nación debemos forjar una mística que se asiente en un proyecto de país.

Como en esos tiempos necesitamos los nuevos iluminados, los Moreno, los Castelli, los Monteagudo, los San Matín, los Belgrano, los tantos, quienes por encima de sus limitaciones humanas y sus propias miserias (quien no las tenga que arroje la primera piedra) vivieron, lucharon, vencieron muchas veces y otras tantas fueron derrotados y murieron (en algunos casos fueron asesinados) mucho más pobres que cuando emprendieron su obra transformadora.

Para algún desprevenido, aclaro que no nombro por casualidad a los que nombro y no cito a otros tampoco por casualidad, sino porque elijo no mencionarlos.

De todos modos, aquella obra transformadora en la mayoría de los casos no alcanzó su objetivo pero el triunfo no está en llegar sino en seguir andando. Y nosotros seguimos andando, como podemos, pero seguimos andando, persiguiendo los mismos sueños, distintos por el tiempo transcurrido, que todo lo cambia, pero, finalmente, los mismos sueños.

Son sueños de libertad, de igualdad, de fraternidad, de justicia social, de independencia, de soberanía, de integración con la Patria Grande de los latinoamericanos.

Y entre todos estos objetivos hoy debemos valorizar especialmente la justicia social, porque en estos tiempos ha aparecido un imbécil (debería decir un pelotudo) que sostiene que la justicia social es un robo que se le hace a la sociedad en su conjunto para beneficiar a alguien. Con ello el imbécil (una vez más, el pelotudo) niega que detrás de cada necesidad existe un derecho. Aduce razones técnicas de orígen económico pero en realidad reniega de su condición humana.

La posibilidad de que tamaño energúmeno asumna la presidencia de la Nación, según hemos constatado con un margen importante de apoyo ciudadano, revela la decadencia de la una parte importante de la dirigencia popular: por desconocimiento del estado de las cosas, por falta de contacto con el Pueblo y sus profundas necesidades, por vivir en condiciones totalmente ajenas a ese estado de necesidad, por falta de decisión política, por falta de confianza en la gente. En última instancia por servirse de la ciudadanía, en lugar de ponerse al servicio del Pueblo.

De una vez por todas, en la Argentina debemos construir un movimiento popular “desde abajo”, evitando los males que desvirtúan muchas de las concepciones populares: ¿es posible que Menem le haya regalado el municipio de Ezeiza (desmembrado de Monte Grande) a Granados, que éste le haya transferido su “liderazgo” a Dulce (su esposa) y ahora a Gustavo (su hijo)? No es un mal solo del movimiento peronista. En San Isidro, la familia Posee ha manejado ese municipio desde la transición democrática hasta nuestros días. ¿Es posible que las provincias se transformen en feudos de grupos familiares como, por ejemplo, los Rodríguez Saá en San Luis, como Gildo Insfrán en Formosa o los Kirchner en Santa Cruz? ¿No es ridículo escuchar a Schiaretti hacer la crítica del feudalismo cuando este “peronista disidente” gobierna Córdoba desde hace 40 años?

Cristina manejó los tiempos para intentar completar la formación de su hijo Máximo, finalmente postulado; el “Chino” Navarro promueve al suyo; Pérsico a su esposa; tantos más. ¿La portación de apellido es una prueba de calidad política? Seguro que sí pero en el mayor de los casos con sentido negativo.

De nuevo: empezaré de nuevo, desde abajo, desde el rango de soldados, de aspirantes, de ahí surguirán los nuevos dirigentes, electos entre iguales, por méritos militantes. No por portación de apellido generalmente acompañado por capital acumulado.

Repito: empezar de nuevo desde abajo. ¿Y empezar con qué, por dónde?

A la vista está que la mayor necesidad de nuestro Pueblo es información y simultáneamente formación.

No es tarea para un grupo escaso de pastores. Doce no alcanzan. Hacen falta muchos más. ¿Por qué? Porque la inmensa mayoría de nuestra ciudadanía (incluso los militantes del campo popular) ignoran donde están parados y el lugar que ocupan en esta tierra.

El grueso de la población no conoce la desnacionalización de la mayor parte de nuestra industria privada durante la dictadura de Onganía (1966-1973),el proceso de desindustrialización llevado a cabo a partir de la dictadura asesina (1976-1983), la liquidación del patrimonio social de los argentinos (Y.P.F., Gas del Estado, Telefónica, Ferrocarriles, SOMISA…) para privatizarlo en beneficio de los grandes grupos económicos durante la gestión “peronsita” de Menem, el ominoso tratamiento de la deuda externa, la fuga de capìtales nacionales al exterior, la pérdida de influencia sobre nuestras islas Malvinas, la entrega de resortes fundamentales que hacen a nuestra condición de Nación soberana (implementación de la mal llamada “hidrovía” del Paraná, la entrega de territorios a gringos en zona de frontera)…

La inmensa mayoría no sabe que la Argentina es cautiva de no más de veinte grupos económicos que a lo sumo manejan quinientas empresas que son las que imponen las reglas del juego de la economía por sobre las decisiones del Estado, por que ellas son… ¡las dueñas de la Argentina!

Todo esto está invisivilizado por obra de los medios de comunicación hegemónicos, las redes sociales y sus vasos comunicantes con la justicia e incluso los mayores actores de la clase política.

Si somos concientes de semejante estado de indefensión de la ciudadanía, por falta de información, por ocultamiento de la realidad ¿cómo esperar que la misma se exprese sabiamente en una consulta electoral?

La tarea prioritaria es bajar toda esta información para ponerla a disposición de las mayorías.

Durante la últimas elecciones, sectorees importantes de la militancia improvisaron campañas públicas muy meritorias para intentar evitar la catástrofe del triunfo de la derecha.

No fue suficiente.

Sin embargo la experiencia fue rica y, a mi juicio, conmovedora.

Hay que persistir en ella.

Debemos ser más, muchos más, para desarrollar planificadamente esta tarea de información pública indispensable para dotar a la ciudadanía de los elementos que resultan indispensables.

El conocimiento es poder. Lo sabe el enemigo y por eso oculta la realidad.

No debemos renunciar a ningún medio de comunicación: la radio y la televisión son indispensables, las redes sociales también, los medios gráficos ni que hablar. Pero sabemos que en todos ellos la primacía de la derecha es abrumadora. ¿Puede competir FM La Tribu con Radio Mitre? No ¿Pueden la TV Sindical, Extra, C5N prevalecer sobre La Nación+ o TN? Decididamente no. ¿Pueden nuestras Páginas imponerse a Clarín o La Nación? Absolutamente no.

Por otra parte no todos nuestros medios tratan estos temas y mucho menos los sistematizan de manera efectiva. Al contrario: en sus páginas y en sus emisiones suelen estar ocultos. Se aborda la coyuntura y no los temas que hacen a los problemas estructurales de la Nación.

Hoy no es importante conocer como define Milei su gabinete o como distribuye los cargos más relevantes de su equipo de “trabajo”. No duden: todos van a trabajar para los intereses de la derecha, el Imperio y la clase social dominante.

En consecuencia, contra la Patria y el Pueblo.

No tengo ninguna duda que la ciudadanía mayoritariamente no está en esa posición.

Sin embargo, tampoco es importante cuanto va a durar el nuevo gobierno. Puede ocurrir que como De la Rúa se vaya en helicóptero o -quizá- que sea reelecto, como lo fue Menem.

Lo importante es empezar ya a trabajar desde abajo.

Para ello se deben formar equipos de trabajo. Nunca individuales, sino colectivos, que es la forma que adopta el trabajo desde abajo.

Hay que iniciar la campaña en los trenes, en todos los medios de locomoción, en los barrios, en las empresas, cuando sea posible.

Debemos proponernos cubrir todo el territorio nacional.

En esta campaña prevalecerá el cuerpo a cuerpo, el poner la cara, el enfrentar posibles disidencias, probables enfrentamientos.

El enemigo es poderoso y a partir del 10 de diciembre tendrá el gobierno y, como siempre que gobierna la derecha, el poder.

De todos modos debemos enfrentarlo.

Hay que sumar a todos los que estén dispuestos.

Sin ningún tipo de excepciones ni sectarismos.

Debemos asumir la tarea de salvar a la Patria y a nuestro Pueblo.

 

02-12-2023

 

TRIBUTO:
A lo largo de este artículo en varias ocasiones hemos expresado “desde abajo”. Esa expresión, tan sencilla y clara, la utiliza en sus artículos en “El Cohete a la Luna” la eminente pensadora Mónica Peralta Ramos.

 

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