Y el pescado sin vender

A menos de quince días de la confirmación de los candidatos para enfrentar las PASO la situación reinante es compleja.

La principal fuerza de la oposición, ante lo que consideran un triunfo seguro, han generado una interna que pone en peligro la unidad de Juntos por el Cambio (JxC). Esa convicción de ganar los impulsa a valerse de cualquier medio para ser postulados a las elecciones primarias. No cabe duda que Macri se ha abroquelado con la presidenta del Pro para enfrentar a Larreta en su propia interna y el rol de mero acompañantes es el asignado a los radicales que integran la coalición. En distintos medios se asegura que Bulrrich tienta a Facundo Manes para ser su vicepresidente y Larreta trata de hacer lo propio con Gerardo Morales.

Estos devaneos ponen en evidencia que Manes no es una palomita y que Larreta tampoco. Porque más allá de las ambiciones personales de cada uno de ellos no trepidan al anunciar sus medidas de gobierno que los revela como ansiosos superadores del Fondo Monetario Internacional (FMI). Lejos, muy lejos ha quedado la campaña mentirosa, vergonzante del año 2015. Ahora, aún peleándose, todos coinciden en reducir el gasto social como sea, eliminar los derechos de los sectores laborales a como de lugar, reforzar el perfil reprimarizador de la economía y una brutal disposición a la entrega de los recursos naturales que nos quedan… Hasta tal punto llegan estas propuestas que preocupan a una de las fundadoras del espacio (Carrió) quien entiende que “el ajuste brutal que se plantea va a derivar en una represión indiscriminada para poner orden, lo que llevará a que terminemos cometiendo delitos de lesa humanidad”

Desde la lejana confesión de Macri a Vargas Llosa ante su pregunta sobre cual sería el plan de su segundo gobierno (“Hacer lo mismo pero más rápido”) esta buena gente no pierde el tiempo con chiquitas; quienes los voten sabrán que votan. Aquí no hay lugar para el engaño. Aunque si lo hubo: han dispuesto de cuatro años de gobierno propio y otros casi cuatro revoleados al garete por el oficialismo donde han intentado formatear la opinión pública.

Algunos exageran, y dicen que han ganado la batalla cultural. Eso es mentira porque estos tipos, en primer término, carecen de cultura y se han limitado a bien pagar a cagatintas y cagapalabras (no corresponde llamarlos periodistas. mucho menos comunicadores) para repetir hasta el hartazgo algunas muletillas como aquellas que en su momento impusiera Bernardo Neustadt.

Y ahí andan, queriendo validar sus liderazgos. Y si Pichetto fuera poco para este espacio ahora se quiere sumar Schiaretti, con Bossio, Randazzo y otros aparatos parecidos.

El fracaso evidente de JxC, puesto de manifiesto en su pésima gestión durante 2015-2019 y la derrota electoral de 2019, creó condiciones para el surgimiento de personajes sin el menor grado de equilibrio emocional, despojados de los valores que caracterizan a quienes asumen lo público con responsabilidad y sano juicio. No otra cosa resultan ser los Espert y los Milei que pululan hoy en los medios masivos de comunicación alardeando saberes que no tienen y mintiendo de manera alevosa.

Se asegura que el segundo de los nombrados (me cuesta escribir su nombre) puede llegar a configurar un tercio del electorado. Si así fuera ello estaría revelando una sintomatología grave de una enfermedad social mucho más grave.

En cuanto al oficialismo, ¿se podrá hablar todavía del “Frente de Todos”?, carece de definiciones esenciales para enfrentar un momento crucial de nuestra vida cívica. Algunos de sus gobernadores (solo trece) se han pronunciado por tres puntos: 1) Exigen la construcción de una lista de unidad con integración de carácter federal; 2) Elaborar una estrategia electoral superadora de la coyuntura, de carácter federal (otra vez) y convocando a otras fuerzas políticas; 3) Lograr que una comisión de acción política elabore un Plan de Gobierno en el que prime el desarrollo y la inclusión social.

Y no está mal valorizar el carácter federal y mucho menos sugerir plasmar un plan de gobierno con semejantes prioridades pero ha pasado mucha agua bajo los puentes sin tiempo para el diálogo fraterno y constructivo y muchos de los botes que transitan por las citadas aguas parecen agujereados. Así Scioli y su vocero Aníbal están convencidos de la necesidad de postularse; Massa reclama un candidato de unidad (¿quizás él?); Wado anuncia que está llegando; Grabois no ceja en su intento; Rossi parece apaciguado; Lozano no ha dado un paso al costado; el doble presidente (del país y del justicialismo) quiere que los candidatos se sometan a las PASO (cosa que por supuesto él no hizo) y la vicepresidenta parece gozar de su hermetismo.

¡A menos de quince días, el pescado sin vender!

09/06/2023

Imagen: Ricardo Carpani – Tiempos difíciles

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