Sostiene Cuentas y Cuentos

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que Milei, por más actos que comparta con Trump, es un pobre invento televisivo, un absoluto ignorante en materia económica y, por sobre todas las cosas, un ser sin el suficiente equilibrio emocional que demanda el ejercicio de una primera magistratura.

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que quienes en realidad gobiernan la Argentina son los que se han adueñado de nuestro país en el largo período de lo que los especialistas han denominado de la “valorización financiera” (1966-2024). Es decir que el período se remonta a la última dictadura militar que impuso a sangre y fuego el plan económico del ministro Martínez de Hoz y se extiende hasta nuestros días. La enorme concentración de tipo monopólica de nuestra economía invalidó las intenciones iniciales del radical Alfonsín, se expandió en los gobiernos peronistas de Menem, mandó al diablo los proyectos de la Alianza, ante el temor que impuso el pueblo en las calles en el fin de siglo, aceptó de mala gana la experiencia de los Kirchner, se regodeó con Macri, puso en ridículo el gobierno del Frente de Todos y decidió que el payasesco personaje elevado al gobierno nacional resulte quien ponga en vigencia todos sus proyectos. Además, en todos estos años, la nota dominante de este poder detrás del trono, ha sido endeudar al país y fugar a su favor en provecho propio el excedente.

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que las sucesivas crisis que se padecieron a lo largo de estas casi seis décadas han tenido lugar en un marco donde los bienes que podíamos ofrecerle al mundo eran tan solo nuestras riquezas agrícola-ganaderas, pero desde hace unos años hemos sabido que estamos dotados de una enorme reserva petrolera y gasífera (no solo en Vaca Muerta), innumerables riquezas minerales (no solo en el triángulo del litio), tenemos el privilegio de una de las mayores reservas de agua del planeta, en materia de energía podemos extender nuestro aprovechamiento a la solar y eólica… Por todo ello, estamos en la mira de los gigantes financieros y tecnológicos del mundo que han anunciado que vienen por todo. Quieren arrasar con todas estas riquezas y llevárselas por dos mangos y una vez más dejarnos en pelotas, a campo abierto, en medio de la noche y con anuncios de tormenta.

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que estas elucubraciones no son desvaríos imaginarios. Para nada. El singular embajador del Imperio en nuestro país, Marc Stanley, ha sostenido reiteradamente que esos recursos son necesarios para el mundo y la generala Laura Richardson los ha mencionado como propios y advertido que no deben ser manejados por sus enemigos. Los enemigos del Imperio, claro.

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que la mayor desventura para nuestra Patria es la necedad de nuestra dirigencia. No hablamos de la dirigencia económica que como hemos dicho, según nuestra opinión se ha transformado en las dueña del país. Hablamos de la dirigencia política. Esa que sistemáticamente se niega a informar al conjunto de la sociedad sobre esta verdad de perogrullo; esa que en muchos casos evita revelarla porque algunos de sus miembros son los aportantes a las campañas electorales; esa que prefiere hablar de temas trascendentes (los términos del intercambio, la escasez de divisa, la economía bimonetaria, la necesidad de inversión extranjera, entre otros) pero nadie le explica al soberano que para que en la Argentina haya más del 50% de pobres, simultáneamente debe haber un enriquecimiento brutal de unos pocos que (como si esto fuera poco) fugan sus ganancias al exterior, es decir se niegan a invertir en el país.

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que ante semejante ocultamiento, la mayor parte de la población, carente de información veraz, considera que los males que nos aquejan provienen de una maldición de vaya a saber quien, o de (porque no) de algunas voces del cielo. No. La fuente de todos estos males son grupos empresariales voraces, insaciables y dispuestos a despojar a su madre si fuera preciso para lograr incrementar su tasa de ganancia.

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que en estos difíciles tiempos, muchos organismos que dicen representar a los trabajadores no han asumido políticas de enfrentamiento con el gobierno libertario y hasta los movimientos sociales no lucen en las movidas callejeras como en otros tiempos. Si ello es para preservar sus fuerzas con relación a un régimen despótico parece correcto resguardarse pero si la dirigencia se limita a querer negociar con el gobierno… Ya no corresponde hablar de corrección. Estaríamos en presencia de otro renunciamiento miserable.

Sostiene “Cuentas y Cuentos” que estamos en malas condiciones para enfrentar un enemigo complejo. No hablo del pobrecito carajeador. Hablo de los grandes grupos económicos que si quieres conocer con nombre y apellido te remito al editorial del domingo pasado. Es ineludible plantarse ante ellos e imponer reglas para seguir jugando. De estas actitudes debe nutrirse un plan de salvación nacional que no puede ser patrimonio de un solo grupo político sino la tarea compartida por todos aquellos que quieren que siga habiendo Patria.

No sostenemos estas afirmaciones por vanas posturas, ni vanos pensamientos.

Nos expresamos en estos términos por la angustia, cierta y evidente, que la Patria está en peligro y cuando ello ocurre al grito de ¡Ahora! Debemos juntarnos todos los que la amamos para su defensa.

Digamos, como en los viejos tiempos de Forja, en los lejanos años treinta del siglo XX, “¡Patria si, Colonia no!”

 

17-11-2024

 

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