Un chiste sobre contadores:
ante la pregunta ¿cuanto es 2 + 2?
el contador responde con otra pregunta:
¿cuanto quiere que sea?
Este gobierno está en manos de un economista. Con algo más de 100 días de gobierno, parece que a la hora de dibujar números, son más creativos que los contadores.
Interpretar que votó la población cuando eligió a Milei es un ejercicio de conjeturas y especulaciones, pero como no es fácil entenderlo sirve como entretenimiento. A eso vamos: podemos suponer que una de las cosas que motivó el voto es la inflación. Que en el año 2015 con Cristina Fernández era más o menos del 25% anual y era un desastre, pero en las gestiones de Mauricio Macri y Alberto Fernández lograron que fuera peor. Macri la llevó al 50% – el doble- y Fernández al 100%, otra vez la duplicó.
Repito, como esta situación de una inflación que parece no tener arreglo, a mi ya me colmó la paciencia, supongo que le pudo haber ocurrido a otros y que se haya convertido en una de las causas por las cuales ganó Milei. Como candidato reunía varias condiciones: un personaje nuevo, que decía algo que muchos compartíamos; “son todos unos inútiles y aprovechados”. A esto podemos sumar que responsabilizar a la casta, sin identificarla en forma precisa, permitía que cada uno colocara en ese lugar a quien le viniera en ganas. Algo más, creo que una parte de la población, tal vez por cansancio, está muy predispuesta a probar con algo nuevo (observar la cantidad de avisos publicitarios que atribuyen al producto que ofrecen su condición de novedad).
Continuando con este razonamiento y suponiendo que desde el gobierno coinciden en algo en este sentido. Deben tener como prioridad bajar la inflación, así, luego de un primer tramo donde se devaluó el peso un 118% y se les dio piedra libre a los formadores de precios para que remarcaran sin ningún tipo de miramientos, aumentando de tal forma que da la impresión que tendrán que reveer algunos números (ya circula información de algunas empresas que ante la caída de ventas están instrumentando alguna baja de precios). Esto podría permitir que después de un primer mes de diciembre donde trepó al 25%, tal vez en marzo caiga hasta el 10%, -estamos hablando de inflación mensual- de esa manera los votantes de Milei puedan suponer que van por el camino correcto. Cierto que en este mes de abril van a pesar en las cuentas los incrementos de las tarifas que son importantes y afectan al consumo domiciliario pero también a la producción y al comercio.
Da la impresión que a esta altura del gobierno, luego de la reducción de gastos gubernamentales que afectan a casi toda la población, no hay para mostrar otros resultados positivos para conservar el apoyo de la gente, o al menos para ganar tiempo, que marcar que la reducción de la inflación es el principio de resultados más auspiciosos.
Para Milei y los que lo acompañan la causa de la inflación es el déficit fiscal. El argumento es que el estado gasta más de lo que recauda y para cubrir la diferencia o toma deuda o emite y estas son las causas de la inflación. Para superarlo se debe eliminar el deficit y el camino correcto en ese sentido es reduciendo gastos. Podemos decir que también está el recurso de aumentar los ingresos, pero a eso se apela en menor medida y sólo de forma marginal, ya que quienes tienen capacidad contributiva son quienes están mas cerca de este gobierno. Milei y su ministro Caputo anunciaron con mucha alegría que eliminaron el déficit en el mes de enero, incluso en febrero, esto significa que de acuerdo a su lectura de la realidad, van por el camino correcto. Se puede resumir en una frase de los 90: “estamos mal pero vamos bien”. Pero hay algunos problemas. Por un lado redujeron gastos en ayuda social y en jubilaciones y pensiones, éstos en algún momento tenderán a recuperarse; también puede ser que si no mejoran, se agudicen las condiciones para el conflicto social, pero eso queda un un hipotético futuro. También apelaron a pisar gastos, es decir los postergaron, habrá que ver cuánto tiempo pueden sostenerlo. Más inmediato, me parece, es que la reducción de gastos estuvo asociada a la licuación de los pasivos, es decir la disparada de la inflación a niveles extraordinarios implicó que las deudas que el estado tenía en pesos se redujeron sustancialmente. Si, como parece, la inflación tiende a no aumentar tanto, aunque está por verse, la denominada licuadora va a ser menos efectiva.
Problema adicional es la intención de dolarizar, para avanzar en ese sentido debe continuar reduciendo el valor de los pesos en circulación, ya que deben ser cambiados por dólares y cuanto más valgan, más dólares se necesitan. Parece que si baja la inflación se le complica controlar el déficit, que el gobierno considera indispensable. Además se aleja en el horizonte la posibilidad de la dolarización. En el caso que no baje la inflación no tiene éxitos para mostrar.
Estamos a poco más de 100 días del gobierno de Milei, tanto el discurso como las medidas implementadas son archiconocidas, la diferencia es la velocidad. En esto se ve la recomendación de Macri, según su diagnóstico, a él le fue mal no por lo que hizo, sino por haberlo hecho demasiado lento, lo expresaba con su amenaza para su fallido segundo mandato: “lo mismo más rápido” todo es muy conocido e incluso predecible. La incógnita es cuánto se puede sostener, cuánto tiempo le otorga la ciudadanía a este nuevo experimento de beneficiar al capital, a costa de los trabajadores.
Ricardo Grosso
abril 2024