En nuestro país estamos en un denominado año electoral. Desdoblamientos varios implican que a lo largo del año se sucedan elecciones en las diferentes jurisdicciones provinciales, en esta ocasión, con la novedad que por primera vez eso ocurrirá también en la Pcia. de Buenos Aires, que concentra al 37% del padrón electoral, aunque ese importante número, no se vea representado en la cantidad de diputados nacionales. Algo así como ciudadanos de menor valor.
Año electoral con una muy escasa preocupación del electorado por sus resultados, es lo que por ahora parece verse en la ciudadanía (1). Da la impresión, que en la división de tareas en torno a la conducción del país, la actividad política que implica la participación electoral y el encumbramiento de los elegidos a lugares decisivos, quedó reducido a un “puesto menor”. Las riendas están en manos de las grandes empresas y de quienes llevan adelante la actividad financiera, que son los poderes permanentes, que no van a elecciones y en todo caso, como les gusta decir, son “electos” por el “mercado”. Expresión que oculta el aprovechamiento que hacen de mercados oligopólicos, que triunfan en base al plano inclinado que organizan, con la aquiescencia y complicidad de quienes se presentan a elecciones (2).
De alguna manera, las elecciones y los candidatos se parecen mucho más a un emprendimiento personal, que a la intención de llevar adelante un proyecto de país. Cierto que hay excepciones, aunque no tantas. En este marco de encontrar la forma de salvarse individualmente, es que hay una semejanza con los años 90. En esos años, se privatizaron una cantidad de empresas públicas, fueron reestructuradas eliminando personal y esa gente que quedó sin trabajo, tuvo una indemnización que los habilitaba a instalarse por su cuenta. Así, desocupados con algún recurso, se convirtieron en emprendedores.
Esta situación es la que permite asociar negocios encarados en los 90 con el presente, hoy con menos recursos. Su posible parecido, aunque está por verse, es que duraban poco. En aquellos años los llamaban “negocios fósforo” crecían veloces y rápidamente se agotaban. Algunos fueron las canchas de paddle; alquiler de películas, remises. Hoy sin indemnizaciones para invertir, además de huber o el rapi, lo que pinta es candidatearse. Con un gran ejemplo exitoso, el actual presidente de nuestro país. El anterior experimento fue en 2009, el candidato fue De Narváez, fue por única vez, la corta duración se puede achacar a que enfrente había un proyecto que en ese momento era sólido. Hoy, por ahora, carecemos de ese proyecto.
Hay otra situación actual que me remite al pasado, pero más cercano. En el 23 cuando ganó Milei, la interna de Juntos por el Cambio, acaparaba todas las miradas y sus protagonistas actuaban con la convicción que ganando esa interna, el premio estaba asegurado. No ocurrió. El 18 de mayo, ahora nomás, son las elecciones en CABA, allí dirimen el macrismo y el mileísmo. Milei supone que ganando pasa a representar a todo el antiperonismo y el resto del camino hacia octubre es todo a favor. Es más, Milei boicoteó en el Senado la ley de Ficha Limpia para que Cristina este en la cancha. Esto también es un revival, en el gobierno del presidente Macri, todo el tiempo debatían internamente si Cristina debía ir presa o si su presencia favorecía la polarización. Ganaron los que la querían con presencia electoral y fue Cristina la que en el 2019 les ganó las elecciones.
El futuro está en construcción, depende de la relación de las fuerzas en conflicto. El pasado también se construye desde el presente y en ambos casos, tanto para construir el futuro o leer el pasado, pesan las ganas de quienes hacen las lecturas y los vaticinios. Es decir, que están teñidos de voluntad, la objetividad es escasa. Esto no está mal, es inherente a las formas en que los seres humanos nos proyectamos, lo que no debemos es olvidarlo.
Ricardo Grosso
mayo 2025
(1) Con posterioridad a este escrito parece conveniente agregar que en la elección de la provincia de Santa Fe (13/04/25) la participación ciudadana fue del 55%. Téngase en cuenta que en este acto, además de elecciones provinciales, se eligieron constituyentes. En las elecciones provinciales del 11/05/25 en Jujuy votó el 64% (de 598.408 electores sólo concurrieron 383.468); en Salta el 59% (de 1.092.561 apenas 641.912); en Chaco el 52% (de 1.012.034 tan solo 527.223) y en San Luis el 60% (de 421.000 solo 223.409).
(2) Una última muestra de este proceso de concentración empresarial resulta la propuesta de Arcor S.A.I.C. y Danone (a través de Bagley Latinoamericana S.A. y Bagley Argentina S.A.) para adquirir el 51% restante de Mastellone Hnos. y el Fondo de Inversión Dallpoint Investments, propietarias de La Serenísima. Esta firma es titular de los complejos industriales de General Rodríguez y Trenque Lauquen (Buenos Aires) y Villa Mercedes (San Luis). La operación significará el monopolio de la industria láctea de la Argentina.