La interna peronista en la provincia de Buenos Aires tiene una importante significación en las actuales circunstancias. Por esa razón no debe sorprender que amerite más de una lectura. Por lo tanto, ahí van las reflexiones de Ricardo Grosso, previas a la decisión de Axel de desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires.
Puede ser que la provincia de Bs. As. sea la madre de todas las batallas o no, pero que es un distrito muy importante, no cabe duda. La confrontación entre la presidenta del partido justicialista, Cristina Fernández y el gobernador de la Provincia, Axel Kicillof, parece estar llegando a un punto de difícil retorno y eso para los propios es grave y lo peor de todo es que no se entiende.
Cristina sostiene que se deben hacer las elecciones en la provincia junto con las nacionales, esto se llama concurrentes. Axel Kicillof quiere llevar a cabo las elecciones de la provincia en una fecha diferente de las nacionales. De ambas partes esgrimen argumentos de implementación. Por el lado del gobernador se señala que serían dos cuartos obscuros, dos urnas y dos tipos de boletas; la boleta única de papel en las nacionales y la tradicional boleta por partido en la provincia, Todo esto complicaría y se cita el antecedente de CABA que cuando se realizaron de esa manera fue un caos. Del lado de Cristina se pone sobre la mesa que hay una cantidad de tareas en torno a una elección, traslado de urnas, custodias, que la provincia nunca tuvo a su cargo. Seguro que ambas posturas son atendibles y habrá que ver como se resuelven. Pero a nadie se le escapa que hay motivaciones que son mucho más políticas que las mencionadas.
Cristina sostiene que para enfrentar el proyecto del presidente Milei, hace falta hacerlo con una propuesta de carácter nacional y esa situación queda más clara si la elección se hace el mismo día. Por su parte Kicillof señala que se debe enfrentar en todos los niveles el nacional, el provincial y también en el municipal. Estos argumentos hacen presumir que no hay diferencias en el sentido de pararse contra el gobierno actual y lleva a sospechar que hay otras cuestiones que no están a la vista. Aquí entra la cuestión de la lapicera, quien pone los candidatos, a quien van a responder desde sus cargos. Esto es lo más parecido a suponer que lo que se dirime es quien conduce, nada más y nada menos que la conducción del peronismo.
Es notable como Cristina plantea candidatearse a legisladora provincial en la tercera sección electoral de la pcia de Bs. As., la mas populosa, en el caso en que se desdoblen las elecciones. Apuesta muy fuerte, para quien a ocupado cargos electivos mucho más importantes y es evidente la intención de desafiar a Kicillof, que por su parte, debería pensar si también tiene candidatos propios y entonces habría dos listas: una por la presidenta del PJ y otra por el gobernador enfrentandose, aunque circula la posiblidad de que hubiera una tercer lista, con Sergio Massa candidatéandose en la primera sección electoral. Se suspenden las PASO pero se arma una interna mucho más imprevisible y creo que también mas dañina.
Da la impresión que lo que cambió es la actitud de Cristina en relación a la interna, creo que nunca se lo tomó tan a pecho. Cuando recordamos el fin de su mandato, en el 2015 y el candidato fue Daniel Scioli, no parecía estar muy de acuerdo, pero no lo cuestionó en forma tan dura. Es cierto que no lo apoyó con entusiasmo, lo dejó hacer su campaña y poner en práctica sus criterios, sin interferencias. En el 19 propuso a Alberto Fernández, sin condicionarlo, durante su gestión hizo públicas sus diferencias pero sin amenazarlo. Mas cerca, cuando el candidato fue Sergio Massa en el 2023, parecía claro que no era su candidato, pero no lo entorpeció de una manera evidente. Actualmente la pelea con Kicillof es total y suena a que está dispuesta a llevarla al límite de “vos o yo”
¿A que se debe este cambio tan radical de actitud? ¿Cuál es la causa de una postura tan distinta? Una respuesta posible es que Cristina evaluó como incorrectas sus anteriores acciones que eran de prescindencia y practicamente de desentendimiento, se quedaba al margen, algo que oportunamente le fue criticado, sobre todo en el 2015. Otra lectura que se puede hacer, que no habla tan bien de Cristina, es que ni con Scioli, ni con Fernández y tampoco con Massa veía en riesgo su liderazgo y ahora algo cambió.
En términos de conducción, la de Cristina, a pesar de sus cuestionamientos, no deja de tener una proyección nacional. Por parte de Kicillof, desde la provincia intentó acercamientos con algunos gobernadores, el de Santa Fe, Pullaro y el de Chubut, Torres fueron los más notables, aunque con pocos resultados prácticos, es decir que el gobernador de la pcia. de Buenos Aires, al menos por ahora no trasciende la provinia. Sin quitarle mérito a que su candidatura en su primer mandato la ganó con esfuerzo propio y en la reelección se valoró su gestión, siempre estuvo asociado indisolublemente a la figura de Cristina. Hasta hace muy poco estaban absolutamente identificados uno y otro.
Me gusta repetir que las internas partidarias se agigantan cuando se vislumbra el éxito, ya que lo que hace falta es ganarle a los propios y tambien crecen en la derrota, ya que todos ven fácilmente los errores ajenos. No alcanzo a percibir claramente ninguna de estas situaciones en el peronismo actualmente. Más bien parece ser una especie de cambio que requiere pensar bien que aspectos de lo antiguo deben permanecer y cuales hace falta renovar, ni todo lo mismo y tampoco todo nuevo.
Está claro que el oficialismo tiene una interna feroz en CABA, también una serie de contratiempos que son difíciles de disimular (criptoestafa, discurso de Malvinas, paseo fallido por Mar-a-Lago, derrota en el Senado por los jueces en comisión). Pero tienen claro que deben obturar el fortalecimiento del peronismo en cualquiera de sus versiones “K” y van a intentar azuzar esa interna.
Pedir humildad a dirigentes que ocupan espacios tan importantes es ingenuo, si, se les debe pedir que tengan presente que primero está la patria, luego el movimiento y por útimo los hombres. Tambien algo menos partidario “no hay salvación sino es con todos”.
Ricardo Grosso
abril 2025