La voz del pueblo es la voz de dios. El dicho es antiguo, de la época en que se le atribuia a la divinidad la imposición de castigos a quienes no habían sido lo suficientemente piadosos o temerosos de su poder. Al mismo tiempo esos mensajes divinos no eran absolutamente claros. Debía buscarse la explicación y encontrar la forma de obedecerlos. Quienes decodificaban a dios o a los dioses eran sus sacerdotes, individuos que iniciados en esos menesteres oficiaban de intermediarios entre la divinidad y el resto de los mortales. De ellos se esperaba que indicaran las acciones necesarias para calmar la ira divina y recuperar sus favores.
En el siglo XXI lo que requiere interpretación es la voz del pueblo. Los que aspiran a representarlo a través de los cargos públicos parecen desorientados o al menos sus interpretaciones son parciales. Cierto que no siempre el mensaje es claro, no lo era el de los dioses y tampoco lo es el del pueblo. Cuando no se entiende el significado ocurre que la cantidad de gurúes aumenta y no pocos cometiendo una herejía deciden adaptarlo a su conveniencia o incluso desconocerlo. Tremendo error ya que puede desatar la ira del pueblo.
Los números de las elecciones PASO del 13 de agosto del 2023 son claros. Tres fuerzas con alrededor del 30% cada una fueron elegidas por la gran mayoría de los que participaron. Sobre los que no concurrieron a la votación se puede conjeturar más libremente: no les interesa, están desencantados, están conformes, todas valen, ya que decidieron no expresarse. El 22 de octubre serán las elecciones generales, para ocupar los cargos en los poderes ejecutivo y legislativo a nivel nacional, provincial y municipal. Muchos candidatos quedaron afuera, se reducen la cantidad de boletas, se achica también el amplio espectro de posibilidades, después del 13 de agosto todo hace suponer que entre esos tres está la lista ganadora, también parece que no se dan las condiciones para que surja un ganador para la elección de presidente y se deberá llegar a noviembre en una elección con sólo dos candidatos para esa categoría.
Los especialistas en estas lides señalan que cada uno de los tramos tiene diferentes características y que las campañas de los postulantes a la primera magistratura deben ajustar sus propuestas para cada instancia, ya que el mensaje debe adecuarse teniendo en cuenta quien es el destinatario en cada ocasión. En las PASO se debe convencer a los propios, en las generales la competencia es con los candidatos de otras fuerzas. En el caso de llegar al ballotage son sólo dos candidatos y las propuestas deben pensarse teniendo en cuenta que muchos de los que irán a votar, lo harán por un candidato, que en principio, no habian elegido.
Para las generales del 22 de octubre quedaron tres listas muy bien posicionadas: Javier Milei de La Libertad Avanza; Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio y Sergio Massa de Unión por la Patria, en ese orden con poca diferencia.
Sorpresa mayúscula por el primero. Las encuestadoras (muy cuestionadas) no lo vieron o tal vez lo ocultaron. Con poco tiempo Javier Milei en estas lides, sin estructura, toda la impresión es que su figura es la que convoca. Algunos comentaristas insistían en la falta de fiscales para custodiar el día de la votación, más parece una amenaza que una descripción. Las mesas electorales tienen fiscales de los partidos mayoritarios pero también autoridades que se ocupan de custodiar los votos de todos, custodian el buen funcionamiento de una institución que la gran mayoría del pueblo valora positivamente. La falta de estructura se verífica en algunas candidaturas en la provincia de Buenos Aires donde debía completar candidatos para 135 municipios. Allí aparecen algunos nombres de candidatos que podemos identificar como profesionales de la política. Para las elecciones generales, da toda la impresión que el caudal de votos de Javier Milei sólo puede aumentar, aunque habrá que ver como sobrelleva la cantidad de cuestionamientos que le van a caer a partir de estar en un lugar más que espectante. Como sorprendió con la cantidad de votos que obtuvo, todos van a poner la lupa sobre él y habrá que ver cuanto resiste.
La candidata que quedó en segundo lugar fue Patricia Bullrich que se impuso en la elección interna de Juntos por el Cambio a Horacio Rodríguez Larreta. Esta fuerza que reune al PRO, la Unión Cívica Radical y otras fuerzas menores ocupó el gobierno nacional desde el año 2015 hasta el año 2019 cuando perdió la reelección Mauricio Macri y desde esa fecha se prepara para volver. Hizo una muy buena elección en las de medio término en 2021 y hasta el domingo era la oposición. El resultado de las PASO desdibujó un poco esa imagen. Tarea necesaria después de la contienda interna es reparar los daños de la misma. Ambos candidatos, tanto Bulrich como Larreta se sentían ganadores, es probable que ambos tuvieran encuestas que se lo afirmaban. Después de algunos malos tratos que se infligieron mutuamente, la triunfadora debe aceptar que precisa para que la fuerza a la que pertenece sea competitiva conservar los votos de ambos para las elecciones generales.
El que salió en tercer lugar, con muy poca diferencia, fue Sergio Massa de Unión por la Patria. Tuvo interna: el candidato que perdió, Juan Grabois, ya lo tenía asumido, aportó una cantidad considerable de votos y se supone que la mayoria se trasladarán al ganador. Lo llamativo de Sergio Massa es que representa al gobierno, es su ministro de economía. Un gobierno, el de Alberto Fernández, que cuando se inició en el año 2019 había despertado grandes espectativas, que se fueron diluyendo hasta la nada misma. Quien ganó cómodo las presidenciales en el año 2019, tuvo que declinar su candidatura por inviable y se dedica a hacer declaraciones anodinas. Es probable que su gobierno sea comparable al de Fernando de la Rúa, cierto que la vigencia de su mandato que llega al 10 de diciembre todavía no terminó, tiene tiempo de hacer diferencia.
La doble función de ser candidato y ostentar funciones ejecutivas en estas instancias sólo las tiene Sergio Massa y su candidato a vice, Agustín Rossi, que es el jefe de gabinete. Otro es Schiaretti, gobernador de la provincia de Córdoba, que se mantiene en carrera, aunque no en el lugar más espectante. En el camino quedó la fórmula de Larreta y Morales donde el primero es el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el que fue precandidato a vice es el gobernador de la pcia de Jujuy. No les fue bien en pago chico. Por su parte Schiaretti logró que a su candidato a reemplazarlo en la provincia le fuera bien, pero su candidatura a la presidencia en su provincia quedó segunda.
Repito lo que dicen casi todos, el resultado está abierto. En cuanto al candidato que triunfe, será el que mejor refleje haber escuchado la voz del pueblo. En cuanto al futuro del pueblo argentino es más complejo. No siempre sus expresiones son correctamente decodificadas y muchos estamos seguros que algunos mensajes son falsificados.
Ricardo Grosso
agosto 2023